El vídeo es un recurso socorrido para llegar allí donde el ponente no puede. Y a veces uno tiene la fortuna de encontrarse con vídeos de factura impecable: imágenes poderosas, mensajes claros y directos, diseño simple y elegante, en definitiva, comunicación en plena forma.

El Laboratorio del Procomún, iniciativa impulsada desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha editado un vídeo que esconde valiosas lecciones sobre el arte de presentar:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=oG8PRUznAZY]

Del vídeo a la presentación

A continuación muestro algunas capturas del vídeo que podrían perfectamente constituir transparencias en sí mismas:

Puede comprobarse cómo el vídeo constituye en esencia una presentación animada. Si se capturasen sucesivamente todos los fotogramas donde aparecen textos y se preparase con ellos una presentación, se transmitiría el mismo contenido. Pero, ¿se comunicaría el mensaje con la misma fuerza? Esa fuerza que el vídeo confiere a imágenes estáticas es la que proporciona la presencia del ponente.

¿Qué lecciones hemos aprendido que puedan aplicarse directamente a nuestras presentaciones?

Una presentación debe ser:

  • Visual: Los textos deben ser cortos y concisos, fáciles de comprender, con un tamaño y tipo de fuente que facilite la lectura. Debe dominar el componente gráfico sobre el textual. Si esta regla es evidente en un vídeo, ¿por qué no en una presentación?
  • Simple: En este contexto, simple puede utilizarse como sinónimo de claro, directo, sutil, esencial y minimalista. Los mejores elementos visuales son aquellos diseñados con vistas a la simplicidad. La próxima vez que diseñes tus transparencias, reflexiona: eliminando más elementos, ¿puedes conseguir un impacto aún mayor?
  • Elegante: Menos colores, menos abigarramiento, menos elementos superfluos. Menos es más. El diseño elegante atrae por sí mismo y polariza la atención. Cuando el orador es bueno y el contenido interesante, es doblemente frustrante que las transparencias no estén a la altura. Al final, la charla queda deslucida y el público se marcha con mal sabor de boca, con la sensación de que algo faltaba. Efectivamente, un diseño elegante es lo que se echaba de menos.
  • Breve: Si ya es suficientemente difícil captar la atención de una audiencia sumergida en un océano de información y estímulos visuales, más difícil aún es mantenerla durante largos períodos. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Si el mensaje es importante, seguro que puede comunicarse en menos tiempo. Intenta acortar tus presentaciones.

La próxima vez que prepares una presentación, pregúntate cuando mires cada una de tus transparencias: ¿es visual?, ¿es simple?, ¿es elegante?

Y como prueba final, plantéate el siguiente reto: ¿podría elaborarse fácilmente un vídeo cautivante a partir de esas transparencias?

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