Siendo niño, cuando le preguntaba a mi padre por el significado de alguna palabra mientras hacía los deberes, él acostumbraba a responderme: «Mírala en el diccionario y así te quedarás también con la palabra anterior y la posterior y alguna otra que encuentres por el camino». No era vagancia por su parte, sino un interés sincero porque yo aprendiese. Qué duda cabe que el esfuerzo de mirar palabras en el diccionario ayudaba a que éstas quedaran fijadas en mi memoria.
Ya se ha mencionado en numerosas ocasiones que uno de los tres objetivos fundamentales de toda presentación consiste en fomentar la comprensión y el recuerdo. En el libro “Principios universales de diseño” se recomiendan algunas estrategias para fomentar el recuerdo, como el efecto von Restorff o la profundidad de procesamiento. Este último principio puede expresarse como:
«La información analizada profundamente se recuerda mejor que la analizada superficialmente.»
—Principios universales de diseño
Ayuda a la audiencia a procesar la información profundamente
¿De qué manera puedes aplicar el principio de profundidad de procesamiento en tus presentaciones? Por ejemplo, haciendo preguntas directamente a la audiencia o haciéndola participar en pequeños experimentos puedes reforzar drásticamente la retención de información. Evidentemente, este tipo de recurso por lo general sólo se puede utilizar ante audiencias reducidas y en determinados contextos. Ante audiencias grandes, siempre que resulte apropiado, pueden hacerse preguntas de levantar la mano. De esta manera se implica a la audiencia y la presentación se convierte más en un diálogo que en un monólogo. Estas preguntas sirven además como toque de atención a aquellas personas que tienen tendencia a dispersarse. No obstante, el mero hecho de formular preguntas y dejar una pequeña pausa antes de responderlas tú mismo da margen para que la audiencia reflexione sobre la cuestión. Eso sí, no confundas las preguntas abiertas con las interrogaciones retóricas. Éstas también se pueden utilizar durante la presentación, dejando bien claro que se trata de un recurso estilístico.
Recuerda, la audiencia no quiere esforzarse descifrando letra pequeña en la pantalla o interpretando gráficos complejos. Pero sí le gusta que la inciten a reflexionar, que le hagan participar, que la incluyan en un diálogo con el ponente. En tu próxima presentación, busca la forma de ayudarles a procesar la información que tú les das y recordarán mejor lo que tengas que decirles.
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Diálogo abierto
¿Alguna vez te han hecho participar durante una presentación? ¿De qué manera? ¿La experiencia fue positiva o negativa? Compártela con el resto de lectores.
Como persona acostumbrada a hablar al público, creo, en mi humilde opinión que hacer participar a la audiencia conlleva una atención mucho más activa. 100%recomendable.
Estar sentado quieto sin hacer nada escuchando a un ponente hablar y hablar es cosa del pasado. O te anima a participar el ponente o te vas a tu smartphone. Los tiempos han cambiado.
Comparto uno de los pensamientos plasmados anteriormente, el echo de que me lancen una pregunta directa, con la posibilidad de equivocarme por la falta de informacion captada, es vergonzoso, seria mejor una pregunta abierta, o algo personal aplicado al tema del que se trate la charla.
Buenísimos Blogs.
Estoy de acuerdo en que preguntar al público es una buena estrategia para que la audiencia participe de la presentación. Ahora bien, lo entiendo como preguntas al aire, como incitaciones a la reflexión, pero no con preguntas directas. Hay que dejar claro que no se está preguntando a nadie en concreto. Me resulta molesto e incomodo que me pregunten esperando mi respuesta o que me interpelen directamente con un ‘a ver, díme qué se espera de aplicar la ecuación X en el contexto Y’ o ‘qué opinas de esto o de aquello’ o ‘nos puedes decir quién el personaje tal o cuál’ (todos estos casos los he sufrido en mis propias carnes en diversas situaciones). Esto para mí es el equivalente a lo de sacar a un espectador al estrado o al escenario y lo que puede estar bien para el circo no es apropiado para una presentación. El diálogo ponente-audiencia no debe llegar al extremo de materializarse en interpelaciones directas al público.
Hola, qué gran sorpresa encontrar este blog en español. Soy un seguidor de las presentaciones de Garr Reynolds y de su obra, pero encontrar esto en nuestro idioma me parece genial. Soy profesor y conferencista y encuentro muy interesante todo lo que publicas.
Acá te dejo un par de links a mi trabajo, gracias:
http://www.slideshare.net/naxxxos/pasin-por-crear-presentation
http://www.slideshare.net/naxxxos/qu-es-el-marketing-experiencial
Saludos y seguiré muy atentamente este blog.
Muy bueno tu trabajo, Naxos. Efectivamente, yo también he aprendido mucho de Garr Reynolds y su obra.