Recientemente participé en un curso de verano en la Universidad de Salamanca coordinado por la empresa de comunicación Eventos Creativos. El contacto con los profesionales de esta empresa me ha enseñado la importancia de la correcta gestión del post-evento.
Al pensar en el éxito de un evento de comunicación sucumbimos a la tentación de representarnos mentalmente las presentaciones de los ponentes, nada más. Si las presentaciones son buenas, entonces el evento ha sido un éxito. ¿Cierto? No siempre.
Ampliemos nuestros horizontes. El éxito de un evento abarca toda la experiencia de la audiencia. ¿Y cómo saber si un evento ha tenido éxito o no a todos los niveles? Preguntando al verdadero protagonista del mismo: la audiencia.
Como reza la vieja máxima del marketing, sólo si puedes medir algo, podrás mejorarlo. En efecto, una de las herramientas más poderosas del marketing consiste en el análisis de datos para evaluar el éxito de una campaña. Si buscas medir la eficacia y satisfacción de un evento, debes realizar encuestas tras su finalización. Pídeles a los asistentes su opinión sobre los aspectos más relevantes del evento:
- La calidad de los ponentes y de sus conferencias: nivel de conocimientos sobre el tema, interés del mismo, capacidad comunicativa, respeto del tiempo, trato con el público, etc.
- La adecuación de las salas: su tamaño, comodidad de los asientos, espacio disponible, temperatura, iluminación, posición y tamaño de la pantalla, forma del escenario, calidad de los equipos de proyección y audio, etc.
- Facilidades para los asistentes: enchufes, WiFi, ordenadores con conexión a Internet, bebidas, refrigerios, aparcamiento, atención de la organización, excursiones, alojamiento, etc.
- Cuestiones organizativas: publicidad del evento en diversos medios, facilidad de registro, información al asistente durante todo el proceso incluido el día del evento, cumplimiento de horarios, resolución de incidentes y fallos, etc.
Todo pequeño detalle contribuye al éxito o fracaso de un evento, no sólo la calidad de los ponentes y de sus presentaciones. Todos los elementos deben funcionar en sinfonía o el evento estará condenado a la mediocridad. Y los eventos mediocres no inspiran, no se recuerdan, no se repiten. Un enfoque holístico del evento contribuye a una buena experiencia de comunicación, ayuda a transmitir un mensaje y una emoción a la audiencia. La única forma de alcanzar este enfoque en todos tus eventos pasa por medir los resultados de los mismos.
Un evento no termina cuando el último asistente abandona el recinto, sino cuando has analizado el último dato recabado de los asistentes sobre su satisfacción. Sin una adecuada gestión del post-evento no tienes posibilidades de mejora. Si además esta información se entrega posteriormente al público debidamente procesada y organizada en un bonito informe, acompañada de material adicional, como por ejemplo los vídeos de las charlas, todo ayudará a que la audiencia recuerde mejor el evento y le incitará a repetir.
Mide los resultados tras el evento y podrás mejorarlos.
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a veces da miedo conocer la opinión xD
Como escribió el artista y pensador catalán Santiago Rusiñol: «Los que buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla».
La verdad es que desde que hacemos estas mediciones en profundidad, es decir, digitalizando los cuestionarios, consolidando datos y sacando información estadística, hemos podido aprender más sobre lo que hacemos que lo que jamás hubieramos esperado…
Saludos Malignos!