“Hace mucho tiempo en una tierra lejana vivía un joven próspero, feliz y respetado por todos. Un día, llegaron unos visitantes que le revelaron los problemas de su mundo y cómo no podía permanecer en esa tierra. Al principio el joven se resistió, pero finalmente fue expulsado de su tierra y arrojado a un peligroso viaje a un nuevo mundo. Solo y a la deriva, se encontró perdido. Pero con la ayuda de un poderoso mentor y de algunos compañeros que fue reuniendo durante su exilio, se transformó a sí mismo y se juró regresar a su tierra. Y finalmente lo consiguió, regresó a su viejo hogar y restableció el equilibrio perdido.”

¿Te suena esta historia? Seguro que la has visto en el cine o leído en la literatura y en el cómic una y mil veces. Se trata de la historia arquetípica bautizada por el estudioso de los mitos Joseph Campbell como “el viaje del héroe”. Según argumenta Campbell en su libro “El héroe de las mil caras: Psicoanálisis del mito” (“The Hero with a Thousand Faces” en el original), todos los mitos poseen los mismos ingredientes en común con independencia del tiempo y del lugar: siguen en líneas generales la misma receta, que Campbell redujo a tres ingredientes.

Toda historia no es sino una variación de la misma vieja historia

El viaje del héroe consta de tres etapas:

1. Partida: El héroe escucha la llamada, se resiste inicialmente, y finalmente se lanza a lo desconocido.

2. Iniciación: El héroe afronta numerosos peligros, debe enfrentarse al abismo, interior y exterior. Pero gracias a la ayuda de poderosos mentores se transforma y adquiere las habilidades necesarias para superar todas las pruebas.

3. Retorno: El héroe retorna como señor de los dos mundos, capaz de restablecer la paz y el orden.

Este patrón lo encontramos en obras épicas clásicas como la epopeya de Gilgamesh,  la Odisea, Beowulf o el ciclo del Rey Arturo; y modernas, como Matrix, El Señor de los Anillos o la Guerra de las Galaxias. Es una constante en la narrativa universal.

¿Comparte tu empresa, servicio o producto la historia del héroe?

Cuando hagas una presentación, puedes estructurarla siguiendo este modelo narrativo clásico, dividiendo tu historia en las siguientes cinco fases:

  1. Empieza por una historia o afirmación que capte desde el primer instante la atención de la audiencia.
  2. Plantea un problema que deba ser resuelto o formula una cuestión que deba ser respondida.
  3. Ofrece una solución al problema planteado.
  4. Describe los beneficios específicos de adoptar el curso de acción propuesto por tu solución.
  5. Formula una llamada a la acción: ¿qué debe hacer la audiencia tan pronto abandone la sala?

Ni las transparencias ni tus datos cuentan historias:  tú lo haces. Tú eres el protagonista y no PowerPoint. Narra el relato mítico escondido en el corazón de tu empresa.

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