Reconozco que el pequeño libro de las grandes decisiones: 50 modelos para el pensamiento estratégico me decepcionó. Por fortuna, todo libro esconde un tesoro. Encontré justo en sus dos últimas páginas una estimulante propuesta para experimentar con nuestras presentaciones:
Haz un experimento: habla en público sobre algún tema y observa cuántos oyentes toman notas durante la ponencia. Da el mismo discurso ante otro público y mientras hablas dibuja modelos que más o menos ilustren tus pensamientos. ¿Cuántos asistentes los copian? ¿Cuántos toman notas esta vez?
Según los autores, presentar las ideas de forma visual aporta importantes ventajas, que yo mismo he tenido ocasión de comprobar en numerosas ocasiones:
- El público no sólo nos escucha, sino que también mira lo que estamos haciendo: recibimos el doble de atención.
- La atención se dirige de nuestra persona al tema que nos ocupa.
- Las imágenes siempre se asocian a sentimientos y lugares. Los oyentes mirarán el modelo y recordarán nuestra ponencia.
Utilizo esta técnica de presentación constantemente en reuniones y ante potenciales clientes. Entre mostrarles la descripción de mis servicios en el iPad o dibujando sobre un cuaderno, elijo siempre la segunda opción. Te animo a que tú también hagas el experimento y notarás la diferencia en cuanto a atención captada e interés suscitado. El PowerPoint no tiene nada que ver [juego de palabras pretendido].
¿Solo sabes dibujar monigotes? Tranquilo, cuanto más sofisticado y perfecto es un dibujo, más distante parece. Por el contrario, los dibujos sencillos y obvios producen en los asistentes la impresión de que ellos mismos podrían hacerlos. Así que siéntete a gusto con tus monigotes. No tienes que ser un artista; aun así, trabaja en perfeccionarlos.
Cuanto más practiques, mejor y más rápidamente te saldrán. Y mejor asimilará la audiencia tus presentaciones.
[Si quieres aprender a utilizar distintas técnicas de presentación ante distintas audiencias, apúntate a uno de mis próximos cursos en abierto.]
Entradas relacionadas
Cosas que puedes hacer con una Wacom Bamboo: si no sabes dibujar, ¡calca!
Si no lo puedes dibujar, no lo podrás expresar
Diálogo abierto
¿Has probado a dibujar mientras hablas? ¿Cuál fue la reacción?
Si cuando hablamos, a la vez gesticulamos y dibujamos, nos cercioramos de llegar a todo tipo de personas, bien sean auditivas, cinestésicas o visuales. Yo con mis alumnos lo práctico continuamente y ellos lo agradecen y aprenden más.
Qué debate tan interesante!
Gonzalo, tu libro «El arte de presentar» es una auténtica gozada. Lo recomiendo a todo emisor que busque mejorar su comunicación. Por cierto, has escrito ya sobre lo que te propone Roger? (mándanos el link).
Rafael e Iñaki, cuando pueda voy a echarle un vistazo a las recomendaciones que aportais.
En cuanto a lo que dices Ignacio, recuerdo que en una empresa de consultoría aplicábamos las «rich pictures» (pinturas ricas) como vía de venta de nuestros diagnósticos a los potenciales Clientes. Y funcionaba, caramba si funcionaba!
Un e-saludo a todos.
Gracias por tu comentario. Poco después escribí sobre el tema de dibujar mientras hablas: Cosas que puedes hacer con una Wacom Bamboo: dibuja mientras hablas durante tu presentación
Estoy completamente de acuerdo con la entrada.
En línea con lo que dice Olmo, mi experiencia dando clases es que los alumnos están mucho más pendientes de lo que dices cuando las palabras se ven reflejadas en esquemas o dibujos que con algo estático en una pantalla (y no hablamos si lo que aparece en la presentación es el texto que el profesor va leyendo…).
Seré un romántico o un vejestorio, pero como le decía a Olmo, considero que desde la irrupción del PowerPoint en el aula, la calidad de la enseñanza se ha resentido: los alumnos exigen un PowerPoint en el que conste todo lo que va a caer en el examen y una vez con é, ¿para qué atender al profesor, que por otro lado con triste frecuencia se limita a leer esas transparencias?
Me parece sumamente interesante la idea, pues ahora que lo mencionas es verdad esto ya que lo he visto en clases de universidad todo el tiempo: cuando el profesor hace esquemas o cuadros los alumnos ponen mayor atención que cuando solo está dando una charla.
Qué razón tienes. Tristemente, la calidad de la enseñanza ha caído en picado desde que los profesores usan PowerPoint en el aula 🙁
Creo que el problema no es el power point o la pizarra digital o la tableta, sino seguir haciendo lo mismo de siempre con cacharrería. Es cuestión de pedagogía, de cómo se enseña y se aprende, incluso de cómo se piensa que se aprende.
Me has recordado a que, en mi experiencia docente, traté de aprender a dibujar en la pizarra con un mínimo de «dignidad», jeje. Así lo conté en mi blog hace un par de años.
Esos dibujos son más que dignos. Gente como Calpurnio se ha ganado la vida con dibujos iguales, véase al bueno de Cuttlas. Viene a demostrar que no importa tanto el dibujo que haces como la historia que cuentas.
Gonzalo,
¿Y por qué no dibujar en directo en el iPad?
Existen un montón de aplicaciones que actúan a modo de pizarra con las que puedes dibujar en directo y proyectar en pantalla aquello que estás dibujando. Puede ser una buena solución ante grandes audiencias.
¿Crees que produciría el mismo efecto?
Un saludo!
Roger
Claro, en una próxima entrada hablaré precisamente de ese tema 🙂
Dibujar es expresar. De niño nos expresamos dibujando. Por tanto va en nuestra naturaleza. Te recomiendo un libro superinteresante y que permite también presentar: «Tu mundo en una servilleta»
Sí, de niños dibujábamos sin complejos. Ahora la gente te responde ante estas propuestas: «es que yo no sé dibujar». ¡Como si eso fuera posible!
El libro que mencionas lo reseñé hace años aquí en mi blog: /2009/09/presentando-desde-una-servilleta/