No te presentes tú, deja que otro lo haga

Cada vez que hablo en público se me presenta el siguiente dilema: ¿cómo transmito a mi audiencia mi conocimiento y experiencia sobre el tema sin que se queden con la desagradable sensación de que estoy fardando? Si te pasas con tus credenciales, los aburrirás y conseguirás que se predispongan negativamente hacia tu charla. Si te quedas corto, pueden no prestarte la suficiente atención por no estimar tus puntos de vista suficientemente autorizados. ¿Qué hacer si eres un experto en una materia y no quieres parecer jactancioso?

Los autores del magnífico libro ¡Sí! , entre los que se cuenta el famoso Dr. Robert Cialdini, autor de Influence: The Psychology of Persuasion, proponen como solución que sea otra persona quien te introduzca:

“Conseguir que sea otro quien hable por ti explicando tu experiencia y credenciales obrará milagros para convencer a tu audiencia de que te escuchen a la vez que se evita el efecto negativo del autobombo.”
—R. Cialdini, et al., ¡Sí!

Por supuesto, no vale cualquier persona ni cualquier manera de presentarte. La introducción debe reunir los siguientes requisitos clave.

1 Deja que un “verdadero creyente” hable por ti

Esta persona debe creer de corazón en tus habilidades y conocimientos. Estudios llevados a cabo por algunos de los autores confirman que el hecho de que sea un tercero quien cante tus alabanzas hará que seas percibido mucho más positivamente por la audiencia que si las cantaras tú mismo. Incluso aunque la persona que te presenta esté conectada contigo o tenga un claro interés económico en que salgas bien parado (sesgo de correspondencia o efecto de sobreatribución).

2 Escríbele lo que quieres que diga sobre ti

No dejes a la improvisación lo que esta persona diga sobre ti. Alinea su introducción con los objetivos y mensaje de tu presentación. Prepara una breve biografía que contenga la información más relevante sobre tu experiencia y formación que dejen claro que estás cualificado para hablar sobre el tema en cuestión. Por ejemplo, cuando daba charlas sobre hacking, pedía al maestro de ceremonias que me presentase como “el creador de los famosos retos de hacking de Boinas Negras”. No hacía falta mucho más. Un solo éxito en tu carrera es más elocuente que una larga lista de títulos y puestos desempeñados.

3 Cuenta la verdad

Todo aquello que le pidas a esta persona que diga sobre ti al introducirte debe ser rigurosamente cierto.

4 Conecta la introducción con el tema de la charla

Dale Carnegie anima en su libro El camino fácil y rápido para hablar eficazmente a los maestros de ceremonias a introducir lo suficiente del tema como para que la audiencia quiera escuchar lo que luego tú vas a decir sobre el mismo. Después debería ofrecer información de confianza sobre ti, que demuestre que eres competente para hablar de ese tema en concreto. Su introducción debería vender el tema y venderte a ti. Y debería venderos en el menor tiempo posible.

5 Empieza directamente con tu charla

No cometas el error de repetir tu nombre o cualquier otra información proporcionada por el maestro de ceremonias. Zambúllete de lleno en la apertura de tu charla.

Fuente: Jeffrey Pfeffer, Christina T. Fong, Robert B. Cialdini, and Rebecca R. Portnoy, “Overcoming the Self-Promotion Dilemma: Interpersonal Attraction and Extra Help as a Consquence of Who Sings One’s Praises”, Personality and Social Psychology Bulletin 32 (10), 1362-1374, October 2006.

[Si quieres explorar otras formas de aumentar tu credibilidad y capacidad de persuasión en tus presentaciones, apúntate a uno de mis próximos cursos en abierto.]

ENTRADAS RELACIONADAS

-  Cómo concluir con fuerza una presentación

-  45 preguntas que deberías hacerte tras tu presentación

DIÁLOGO ABIERTO

¿Cómo te presentas habitualmente en tus charlas? ¿Lo haces tú mismo o un tercero?