Desde niños nos encantan los superhéroes y los cómics de todos los tipos. Nuestras primeras letras las encontramos en las viñetas de Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, el Agente Secreto Anacleto, Super López y las Joyas Literarias Juveniles (sí, leíamos las páginas de cómic y dejábamos el texto para cuando fuéramos mayores).

Los cómics siempre han constituido un vehículo genial para contar grandes historias y entretener. Cuánta Historia aprenderíamos en clase si los libros de texto adquirieran este formato. Compañías como Google lo están utilizando para divulgar sus productos, como por ejemplo el funcionamiento de Google Chrome; Dan Pink lo utilizó creando el primer libro de empresa en formato Manga, para contarnos Las aventuras de Johnny Bunko en busca de su primer trabajo; lo utilizan varios autores para enseñarnos economía, como en Economix; o neurociencia, como en Neurocómic.

Este formato nos encajaba perfectamente para describir el proceso que seguimos al hacer cualquier presentación. Una presentación no deja de ser un viaje al que invitamos a nuestra audiencia a acompañarnos. Un viaje donde tú eres el mentor que ayudará a la audiencia a superar las dificultades, personificadas en malvados villanos quienes intentarán que tu mensaje no funcione. Un viaje en el que la audiencia es el héroe que cumple su destino y en ocasiones deberá luchar contra el caos y el desorden.

En este blog iremos hablando de los personajes, del proyecto y de cómo vamos creando nuestro propio universo de archivillanos a quienes derrotar en cada presentación para salvar a la audiencia.

¡Protagoniza con nosotros una gran aventura superheroica!