El yoga está de moda. Ahora que nos hallamos en pleno verano, no me extrañaría que muchos de los lectores de este blog estén pensando en pasar unos días de vacaciones en algún retiro de yoga para poner en forma su cuerpo y su mente. Los practicantes asiduos aseguran que el yoga es bueno para todo. ¿Puede serlo también para hablar en público?

Parece que algunos tipos de disciplinas físico-mentales resultan beneficiosas para quienes hablamos en público con asiduidad. Mi compañero Gonzalo Álvarez, meditador asiduo, ya aclaró en qué nos puede ayudar meditar a los comunicadores y nos explicó no hace mucho los cuatro pilares de la salud física y mental. Yo, como practicante de yoga desde hace quince años, voy a enumerar algunos de los beneficios que esta práctica milenaria nos reporta. Estoy seguro de que otras disciplinas de actividad física y mental pueden producir efectos similares. ¡Elige una que te guste y comienza a practicar!

La práctica de posturas de yoga mejora tu capacidad respiratoria. El tipo de ejercicio aeróbico continuado que practicarás siguiendo una secuencia de posturas de yoga —especialmente de pie y conectadas dinámicamente— aumentará poco a poco tu eficiencia respiratoria y tu capacidad de esfuerzo aeróbico. Si quieres saber cómo aguantar sesiones de formación de ocho horas sin agotarte, aquí tienes la respuesta. Además, muchos de los ejercicios de respiración que comúnmente se enseñan en las clases de yoga hacen trabajar con especial intensidad los músculos principales y accesorios del aparato respiratorio tonificándolos y, a menudo, devolviendo al practicante un control más consciente de su funcionamiento. La práctica continuada de respiraciones abdominales y torácicas profundas volverá a familiarizarte con las partes de tu cuerpo responsables de suministrar el torrente de aire que precisa tu voz de comunicador, como explicamos en nuestros cursos de Exposición.

La práctica de posturas de yoga mejora tu postura general. Aprendiendo a erguirte correctamente y a reequilibrar la relación entre los hombros, la zona lumbar y la pelvis, recuperarás una postura saludable y elegante que mejorará tu presencia escénica. No te equivoques: no se trata de caminar como si te hubieses tragado el palo de una escoba. La rigidez no es natural ni se ve bonita sobre un escenario. Con esfuerzo y trabajo continuado, tus movimientos recuperarán la fluidez y soltura que les son naturales.

La práctica de posturas de yoga enseña el valor del esfuerzo progresivo continuado. Este es quizá uno de los beneficios más gratificantes. La práctica continuada y de dificultad progresiva te permitirá avanzar desde las posturas más sencillas a otras que el primer día que las viste en un póster o un libro nunca creíste que serías capaz de adoptar. Y lo mismo le ocurre a quien desea aprender a hablar en público y acepta practicar con asiduidad y paciencia siguiendo un método, por ejemplo, el que explicamos en El superhéroe de las presentaciones. Muy pocas cosas que merezcan la pena se alcanzan deprisa y al primer intento. Lo normal es que haga falta esforzarse y trabajar para llegar a ellas. Un practicante de yoga no es mejor porque sea capaz de retorcer su cuerpo de forma imposible. Si fuese así, las contorsionistas del Cirque du Soleil serían las mejores yoguis del mundo y todos los demás haríamos mejor en dedicarnos a otra cosa. Lo que aprenderás en tu camino hacia las posturas más desafiantes te servirá también para los retos que encontrarás en tu vida cotidiana, fuera de la esterilla de práctica. He ahí uno de los frutos verdaderamente dulces del yoga.

[Aprende a hablar en público con el método de El Arte de Presentar con nuestros cursos de Exposición Oral y Comunicación Excellence.]

DIÁLOGO ABIERTO

¿Practicas yoga? ¿Sientes que te ha ayudado a comunicar mejor en público?

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