Suelo comenzar mis cursos para comunicadores pidiendo a los participantes que me describan las peores presentaciones a las que han asistido y los rasgos de los peores comunicadores que han padecido. Quizá tú mismo quieras detener aquí la lectura y dedicar un minuto a hacer el ejercicio; resulta muy útil, aunque sólo sea como recordatorio de lo que debes evitar hacer la próxima vez que hables en público.

Entre los defectos mencionados siempre señalan la monotonía de la voz del presentador. Según ellos, un tono de voz monótono acaba por inducir aburrimiento a los espectadores y, en algunos casos, hasta un profundo sopor. Esta crítica es común, siempre se hace y todos están de acuerdo; también lo estoy yo, pero siempre ofrezco otro punto de vista con el ánimo de enriquecer el debate. Además de la vocal, existe otra clase de monotonía que debemos evitar: la monotonía de contenido es igual de importante. La afirmación suele tomar por sorpresa a mis oyentes, lo que me hace pensar que raramente reparamos en ella.

La monotonía de contenido es la madre de muchas presentaciones aburridas; si, además, el tono de voz del comunicador es plano, el resultado es fácilmente predecible: tus oyentes «desconectarán» y pasarán a prestar atención a cosas más interesantes (por ejemplo, el correo electrónico, sus redes sociales, o los mensajes del teléfono portátil).

Evitar esta clase de monotonía requiere ser consciente de la existencia de dos curvas muy especiales que están íntimamente relacionadas: la curva de atención y la curva de interés. Si tu exposición resulta interesante, mantendrás la atención de tu audiencia; si no, la perderás al cabo de poco tiempo. En nuestros cursos de creación de presentaciones enseñamos que ofrecer un contenido variado es una de las formas más eficaces de crear presentaciones cautivadoras que mantengan la atención del público. Por desgracia, aunque la idea parezca fácil, con demasiada frecuencia olvidamos tenerla en cuenta cuando nos sentamos a seleccionar y organizar el contenido de nuestra presentación.

Tendrás que ser muy buen comunicador para que tu audiencia preste atención plena a tus palabras durante el tiempo que dure tu exposición sin más apoyo que el de tu voz, tus expresiones faciales y tu lenguaje corporal. Si lo consigues habitualmente, no necesitas leer este artículo. Si, por el contrario, opinas que puedes mejorar, aquí tienes la clave: adereza tu discurso con vídeos, preguntas al público, juegos, viñetas humorísticas, ejercicios por parejas o equipos, datos sorprendentes, e historias conmovedoras. En la matriz de la persuasión que explicamos en nuestros cursos y libros encontrarás muchas ideas.

En conclusión, y como escribí en una entrada anterior, evita ser un presentador lineal y recuerda que a las personas nos gustan la variedad, los cambios y las sorpresas.

[Aprende a crear contenidos que cautivan a la audiencia con nuestro Curso PRO para comunicadores. ]

DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué haces para evitar la monotonía de contenido en tus presentaciones?

[Créditos: Imagen de cabecera diseñada  para este artículo con elementos de Shutterstock y el superhéroe de las presentaciones]