Esta semana muchas personas han celebrado el día de San Valentín o Día de los Enamorados, como se lo conoce popularmente. Por las redes sociales no han dejado de circular fotografías de corazones, de rosas, y de botellas de champán junto a un par de copas en una mesa adornada con velas. Hay que mantener viva la llama del amor, ya se sabe.

¿Y tú? ¿Qué haces como comunicador para conservar la llama del amor? ¿También dedicas un día al año a pensar en ello? ¿Acaso dudas de que sean necesarios el cortejo y las demostraciones de aprecio en la relación con tu audiencia? Pues aquí tienes tres recomendaciones para que sigas enamorándola (hoy más que ayer, pero menos que mañana, como reza el famoso eslogan).

1Anima a que participe

No dejo de insistir sobre esta idea en mis cursos: lo peor para un comunicador es un público pasivo. ¿Te imaginas lo que sentirías hablando durante cuarenta minutos delante de una fotografía de cien personas sentadas? Pues ese, más o menos, es el efecto que provoca un público que se limita a mirarte. Idea formas de hacer que tu audiencia participe en vuestro encuentro para enriquecerlo. Da vía libre a la expresión de sus opiniones. Formúlales preguntas. Invita a que contrasten puntos de vista entre ellos. En suma, sé consciente de que pueden aportar valor a vuestra comunicación y de que, por lo general, agradecerán la oportunidad de hacerlo. Bríndasela.

2Haz regalos

A mi compañero Gonzalo Álvarez le gusta recordar que una presentación es un regalo, pues en su propio nombre encierra un presente (está bien buscado, ¿eh?). Adquiere el hábito de dar siempre a tus audiencias más de lo que esperan. Reparte muestras de tu producto u ofrece una degustación si hablas de alimentos o bebidas, por ejemplo. Si transmites información, prepara un e-book o un resumen de las diapositivas que emplees, pero no digas ni anuncies que lo vas a entregar. Al final de tu intervención o en otro momento que juzgues apropiado, descubre el regalo.

3Arréglate y cuida tu aspecto

Es cierto que hay un tipo de belleza, la interior, que se encuentra por debajo de la piel. Pero no es menos cierto que hay otra belleza que entra por los ojos y que, de las dos, suele ser con la que nos topamos primero. El aspecto importa. Te arreglas y acicalas para sentirte atractivo y agradar a quien te interesa, ¿verdad? Demuestra también interés por tu audiencia presentándoles diapositivas bonitas y atractivas. Si quieres causar una impresión memorable porque la ocasión lo merece, te recomiendo que confíes el trabajo a un diseñador. También cuando se trata de presentar con éxito, contratar un servicio profesional puede resultar muy acertado si tus esfuerzos no dan los resultados esperados 😉

[Para aprender a crear presentaciones que enamoren al público, encarga ya tu ejemplar de El Superhéroe de las presentaciones.]

DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué trucos empleas para enamorar a tus audiencias?

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