“No dejes que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta mejor y más feliz.”
Madre Teresa de Calcuta
Servicio es la acción y efecto de servir. Tu presentación debe servir a los intereses de la audiencia y no al revés. El orador centrado en sí mismo raramente conecta con la audiencia. Los buenos comunicadores en cambio se centran en las necesidades de la audiencia y no en las suyas propias. Para poder causar un impacto en el público antes debes mostrarle tu preocupación por ayudarle. Para ayudar a alguien antes debes saber cómo piensa y cómo actúa. Antes de pedirles que se sienten a escucharte, siéntate tú a escucharlos a ellos. Este cambio de actitud aumentará tu conexión con ellos y el valor que podrás aportarles.
Como señala Andrés Pérez Ortega en su libro para ayudar a los profesionales a convertirse en una referencia, Expertología, “hablar en público es una herramienta de visibilidad y notoriedad muy potente para reforzar tu posicionamiento”.
El problema del que ya nos advierte Andrés es que a muchos profesionales se les ve el plumero. En sus charlas se nota que este profesional habla antes que nada para vender su producto o servicio. La presentación no es más que una excusa para promocionar su marca personal o empresarial. En realidad le importan muy poco los problemas y necesidades de la audiencia. En el fondo no la valora, por lo que es difícil que pueda aportarle verdadero valor.
Este ponente pasa el tiempo previo a la presentación preguntándose: ¿cómo puedo impresionar a la audiencia con mis conocimientos?, ¿lo haré mejor que fulanito o menganito para parecer más experto que ellos?, ¿obtendré una buena reseña en los medios que aumente mi proyección profesional o la de mi empresa?, ¿conseguiré hacer un buen puñado de clientes tras mi intervención? ¡Yo, yo, yo y sólo yo! ¿Te das cuenta? Este profesional sólo piensa en sí mismo y en los beneficios que obtendrá de su presentación. No busca aportar valor sino hacer una venta. En ningún momento se le ha ocurrido pensar en las necesidades de la audiencia ni en cómo servirla mejor.
Nunca olvides que en una presentación no hablas para ti, hablas para la audiencia. Y si sólo te preocupas por ti mismo, ¿cómo esperas conectar con la audiencia?
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Diálogo abierto
¿De qué maneras muestras tu preocupación por la audiencia antes, durante y después de tu presentación?
A Gonzalo y a todo su equipo de trabajo, muchas gracias, muy interesantes los temas.
Felicitaciones
Eso mismo creo yo…. aunque últimamente parece que se ha puesto de modo la presentación Club de la comedia en que el presentador adquiere un protagonismo desmesurado. genera una experiencia pues el público ríe, se divierte y se entretiene. mi dudad es: ¿el objetivo era pasarlo bien o que te aportaran un algo más? Ahí lo dejo…
Es cierto, muchas presentaciones están derivando al espectáculo por sí mismo como forma de entretenimiento. Creo que una presentación debe ser entretenida, en el sentido de que el tiempo se te pase volando; no que sea divertida, en el sentido de que te estés partiendo de risa todo el rato. La gente lo que quiere es que te intereses en ella, no que te hagas el interesante.
Muchas gracias por la cita. No había caído en que es una explicación sencilla por la que muchas presentaciones me han gustado tanto.
Hola! Acabo de leer el post, me ha encantado y realmente es una experiencia la audiencia se lo tiene q pasar bien y salir con la sensacion de q escucharte le ha sido valioso aunque haya sido una réflexion un nuevo concepto o algun aspecto q considere relevante.Es importante q se establezca conexion y feedback. Asisto a muchas jornadas conferencias y congresos y tb imparto algunos y cuando solo te quieren vender algo se nota mucho.Yo pienso al reves aporta valor conecta y si les has gustado te buscaran
Totalmente de acuerdo, cuanto más valor les aportes, más te buscarán luego para que sigas aportándoles valor.
Uhmmm, Gonzalo, creo que sería más apropiado que dijeras ‘tu presentación no es un producto, ni un servicio, es una experiencia’. Creo que experiencia define mejor la situación que se crea en una buena presentación. Un buen ponente genera una experiencia en la audiencia, no ofrece un servicio. Piénsalo! Me parece más acertado dentro de la filosofía de ‘el arte de presentar’.
Muchas gracias por tu puntualización. Efectivamente, tenía en mente escribir una entrada exactamente con ese título: «tu presentación es una experiencia». Las reflexiones que me condujeron a escribir este post me iban a llevar al siguiente. ¡Te lo dedicaré! 🙂
Oh, gracias! Será un honor!