Interesado en medir cómo variaban los niveles de atención de los estudiantes durante sus clases, el profesor Donald A. Bligh realizó un experimento con sus propios alumnos, descrito en su libro What’s The Use of Lectures?: tomó lecturas de la tasa cardíaca de 16 de ellos durante 4 clases a intervalos de 5 segundos. Representó los datos recogidos en una gráfica, con el resultado mostrado en la figura. Su conclusión fue lapidaria: las presentaciones tradicionales producen un efecto sedante en la audiencia.
La actividad física ayuda a crear actividad mental. Fíjate cuántas formas distintas podemos encontrar de poner en movimiento a la audiencia para reforzar el contenido y hacer la charla más memorable:
- Si estás explicando cómo emerge el comportamiento autoorganizado en una red social, puedes pedir a la audiencia que se levante y aplauda al unísono, como hizo Jonas Riddestrale en una charla .
- Si estás explicando lo difícil que es romper con los viejos hábitos, puedes proponerles que se pongan de pie y crucen los brazos, para a continuación cruzarlos al revés, como le vi hacer a Dennis Meadow.
- Si llevan mucho tiempo sentados, puedes sugerir que se den masajes unos a otros o que hagan sencillos ejercicios calisténicos, como le vi en una ocasión proponer a Mario Alonso Puig.
- Fernando de Pablo pide a los asistentes que dibujen en numerosas ocasiones.
- Andrés Pérez Ortega explica que una marca personal es algo parecido a coger un papel y arrugarlo. Aunque intentes volver a dejarlo como estaba, va a quedar una señal, una huella, una marca. Y para que cale mejor su mensaje, pide a la audiencia que arrugue la hoja y luego la deje como estaba.
- Salva López sube al escenario con su guitarra eléctrica y rápidamente energiza al público. Por ejemplo, hace dos grupos con la audiencia y entre todos interpretan la percusión del famoso tema de Queen “We will rock you”.
- Fernando Álvarez pone a los asistentes en pie para hacer ejercicios de visualización que evidencian nuestras limitaciones mentales.
- Jorge Blass y Fernando Botella involucran a toda la audiencia durante sus presentaciones con trucos de magia colectivos en los que todos participan.
- Yo mismo pedí a los asistentes que se abrazasen tras ilustrar que la audiencia no es el enemigo.
Los ejemplos se multiplican. Cada vez que se pongan en pie y se muevan estarás aumentando su tasa cardíaca y mejorando sus niveles de atención para los próximos minutos. Además es divertido.
¡Muéveles la cabeza y también los pies!
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¿Cómo activas a la audiencia durante tus presentaciones?
Solo una pega:
A muchos nos disgusta el contacto físico con autenticos desconocidos. Mucho mas andar abrazando a alguien que se ha sentado a tu lado por pura casualidad.
Cuando me encuentro en esa tesitura, suelo abandonar la sala, irme al baño o cafetería si es posible, no ejecutar la petición, hacerlo en absoluta desgana y en un estado emocional que ya no es adecuado para recibir absolutamente nada mas del ponente o cualquiero otra cosa que se me ocurra.
La verdad sea dicha, termino increiblemente cabreada con el ponente, ya que normalmente me obliga a hacer algo que no deseo en absoluto o a tener que montar una escena siendo el foco de atención de quienes me rodean para evitarlo. Nunca vuelvo a sus ponencias, sean de lo que sean.
Me parece que no tener en cuenta que este tipo de asistentes existe es una falta de respeto por parte del conferenciante hacia mí. Por pura probabilidad, de cada 100 asistentes , entre 2 y 10 se sentirán como yo me siento.
Me fastidia enormemente: yo voy a escuchar una charla, no a hacer «manitas»; se que no soy la única, lo compruebo en cada ocasión.
No estaría mal tenerlo en cuenta y ofrecer una alternativa a los asistentes.
Gracias.
De acuerdo. Y es que tampoco está de más considerar la audiencia, las personas que te rodean (o están frente a ti) en una comunicación o presentación.
Pero la actividad no tiene por qué implicar necesariamente contacto físico con otras personas, por supuesto.
Gracias por poner este importante asunto sobre la mesa.
Por mucho que nos esforcemos, debemos asumir que también nos encontraremos con personas que por el motivo que sea no quieren participar, que prefieren sentarse pasivamente sin hacer nada. No siempre conseguiremos la participación del 100% de la audiencia o un compromiso total aunque participen todos. No pasa nada. Dejémosles participar a su manera. Si la actividad es realmente atractiva, poco a poco irán venciendo su resistencia natural e integrándose en el grupo.
Lo que nunca debemos hacer es forzar a participar a nadie en una actividad que les intimide o disguste. Por eso es tan importante la planificación, para preparar actividades adecuadas a la audiencia, y también saber leer las pistas no verbales de la audiencia, para darte cuenta de qué puedes pedirles y qué no, respetando siempre su libertad de elección.
Afortunadamente, hay mil formas de hacer participar a la audiencia, unas más audaces que otras, pero todas igualmente eficaces en el contexto adecuado y ante ciertas audiencias.
Muchas gracias por la mención, e invito a la reflexión si alguien aun piensa que esto no tiene valor o sentido.
¿Cómo puedes hacer que las personas estén en un entorno de aprendizaje durante más de 10 horas sin descanso más que para comer y que además, estén encantados?
No hay otra opción que mover el cuerpo, y demostrado queda científicamente que el aprendizaje aumenta cuando además de la mente mueves el cuerpo….
Un abrazo
Efectivamente, en el libro de John Medina, Exprime tus neuronas, se explica cómo la actividad física estimula la actividad mental. Así que, ¡a mover el esqueleto!
Para vivenciar la dificultad de mantener la atención (y a partir de aquí,todas las derivadas que tienen que ver con ella):
1. Les pido que cojan un bolígrafo y una hoja en blanco
2. Les animo a que piensen en su lugar favorito, un lugar que les inspire lo mejor: relajación, buenas sensaciones, etc. y les digo que cierren los ojos.
3. Doy un minuto para que, con los ojos cerrados y la mente en ese lugar, hagan un raya en la hoja cada vez que la mente se les vaya a otro sitio o pensamiento…
4. Pasado el minuto, pregunto cuántas rayas tienen y…
… el resultado suele ser expectacular.
Imagínate lo difícil que es mantener la atención en el día a día cuando pensando en tu lugar favorito se te ha ido x veces y bla, bla, bla…
¡Qué gran ejercicio Con tu permiso, me gustaría utilizarlo alguna vez en algunos de mis cursos o talleres.
Esta es la cultura del compartir. Así al menos puedo ser algo recíproco con lo que compartes tú.
Lo que he llegado a hacer es realizar sondeos en la audiencia haciendo que levanten las manos para compararlo con estadísticas del tema que llevo. Pero jamás algo como hacerlos parar u otros así.
Me parece que una diapositiva con humor también ayuda y mucho.
Gracias por el consejo =)
Recomiendo siempre buscar formas de participación directa de la audiencia, y cuanto más se involucren física y mentalmente, ¡mayores niveles de atención y comprensión!
Estoy pensando qué hago. Como alguna vez has comenado, jugar con la voz, insertar alguna actividad, no sé. Lo pensaré. Aunque tampoco haya que llegar a hacer teatro… salvo que se sea bueno y salga de manera natural.
Lo que está claro es el efecto que muchas veces no solo seda/amuerma sino que duerme a la audiencia 😀
Yo lo resumiría con una sola exhortación: ¡rompe con la monotonía!
No importa lo que hagas, siempre que se produzca un cambio, que haya contrastes, contrapuntos. Lo que he comprobado en mi experiencia es que si se mueven del asiento, ¡tanto mejor!