Uno de los oradores más excepcionales a quien he tenido ocasión de ver en acción es Tony Robbins, el famoso gurú del crecimiento personal y autor de los best-sellers Poder sin límites y Despertando al gigante interior. Sus charlas ante miles de oyentes entregados suponen un derroche extraordinario de energía. ¿Crees que nació con esa habilidad? Escucha lo que él mismo cuenta:
La gente a menudo me pregunta en mis seminarios: “¿Cuánto tiempo crees que me llevará dominar realmente esta disciplina en particular?”. Y mi respuesta inmediata es: “¿Cuánto tiempo quieres que te lleve?”. (…)
Yo me convertí en un orador público excelente porque en lugar de ofrecerme para hablar una vez a la semana, lo hacía tres veces al día. (…)
Mis socios comentaban qué “suerte” tenía de haber nacido con semejante talento “innato”. Traté de decirles lo que ahora te estoy diciendo a ti:
La maestría lleva tanto tiempo como tú quieras.
La falta de talento suele ser la justificación para la pereza
Deja de inventar excusas y de hablar de la falta de tiempo. No esperes al momento perfecto, porque nunca llegará. El famoso director de cine Stanley Kubrick daba el siguiente consejo a los aspirantes a cineastas:
“Coge una cámara y un rollo de película y rueda una película de cualquier tipo”.
No esperes a disponer de todos los recursos. No sueñes con las condiciones ideales. En lugar de lamentarte de lo que no tienes, saca partido a lo que ya tienes. Lo más importante al principio no es hacerlo bien, ni siquiera regular, sino empezar y tirar para adelante. Y cuanto antes empieces, tanto mejor. Mejor fallar al principio, cuando aún no tienes cargos de responsabilidad o de mucha visibilidad, que postergarlo y postergarlo, hasta que ya has ascendido y tus errores serán mucho más visibles y su coste, mucho mayor.
Así que empieza a hablar en público a la primera oportunidad.
(Si estás motivado y no sabes por dónde empezar, puedes apuntarte a alguno de mis próximos cursos para crear y exponer presentaciones)
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Diálogo abierto
¿Crees que el orador nace o se hace? ¿Tus presentaciones no son mejores por falta de talento o por pereza?
Ayer hice mi primera presentación en público y salí muy satisfecha con el resultado. Y todo te lo debo a ti, Gonzalo, pues estas últimas semanas las he dedicado a prepararme siguiendo los sabios consejos que compartes en tu blog
A partir de ahora practicar, practicar y practicar.
Muchísimas gracias por haberme ayudado a dar este gran paso.
Un abrazo
Me alegro de que lo estés encontrando útil y te ayude a mejorar tus presentaciones. Como bien dices, ahora a practicar, practicar y practicar 😉
Interesante los contenidos, primera vez que ingreso a está página y la marque como favorita. Gracias por compartir cosas de altísima relevancia en nuestro diario vivir.
Hola Gonzalo,
Es uno de los mejores consejos que pueden darte. Practica, practica, practica. Es un buen consejo para mejorar tu oratoria, tu capacidad para presentar, pero, realmente, vale absolutamente para todo.
saludos
Desde luego, se aplica absolutamente a TODO 🙂
Esta entrada me recuerda mucho a un video que vi de Will Smith, quien ha triunfado en dos facetas artísticas: como actor y como cantante. Sorprendentemente, dice no tener talento…:
http://www.youtube.com/watch?v=DNqQ5JAY88c&feature=related
El camino al éxito a veces parece ser como un engañoso problema matématico. Te rompes la cabeza increiblemente, llegas a creer que es imposible de llegar, hasta que te das cuenta de lo sencilla que es la solución: just do it (me acabo de dar cuenta del origen del lema de Nike jeje).
Lo más bonito de todo esto es que la verdadera recompensa no es llegar a tu objetivo, sino la satisfacción que sientes cuando sabes que te estás esforzando en llegar. Y la disciplina tampoco es algo etéreo e innato, creo: es como un músculo, se va construyendo poco a poco, confiando en ti mismo y cogiendo el peso adecuado.
¿Hasta que punto naces y hasta que punto te haces? Siempre me ha parecido una pregunta fascinante. Hace unos días leí un quote de Einstein (antonomasia de inteligencia) diciendo que no se consideraba particularmente inteligente, sino solo enfermizamente curioso… Personalmente, prefiero pensar que todo se puede hacer. Puede que no sea verdad, pero así al menos me deshago de la excusa del talento para no hacer lo que tengo que hacer :).
Muchas gracias por el vídeo de Smith. Qué razón tienes: simplemente hazlo.
Creo que como demuestran tus cursos, y tus ejemplos, si hay una parte innata, ésta puede facilitar (requerir menos esfuerzo) alcanzar la maestría (en casi cualquier cosa esto es cierto) pero no la determina. Es evidente que con entrenamiento siempre se será mejor en todo lo que se haga.
Así es. Lo malo es creer que se nace con tal o cual habilidad, porque esa creencia limitará tu capacidad de crecimiento en esa cualidad. Prefiero creer que puedo aprender y mejorar, porque esta creencia siempre me llevará mucho más lejos.