La multitarea no existe: no puedes leer y escuchar a la vez

«La multitarea desperdicia más tiempo del que ahorra e incluso mata tu concentración y creatividad.»
—Clifford Nass, The Man Who Lied to His Laptop: What We Can Learn About Ourselves from Our Machines

Que no, que no podemos prestar atención a dos cosas a la vez. Ni siquiera las mujeres. ¡La multitarea es un mito! Como explica el biólogo molecular Dr. John Medina en su libro Exprime tus neuronas: 12 reglas básicas para ejercitar la mente y mejorar tus presentaciones, el cerebro se concentra en los conceptos secuencialmente, de uno en uno.

Sí, sí, puedes hablar y andar a la vez. Pero en lo que a nuestra capacidad de prestar atención se refiere, como por ejemplo durante una presentación, el cerebro sólo puede realizar una actividad mental a la vez: puedes leer o puedes escuchar, pero no las dos cosas a la vez.

No hacemos multitarea, sino que conmutamos de una tarea a la siguiente

Como podemos conmutar de tarea muy rápidamente, podemos sucumbir a la ilusión de la multitarea. Claro que pasar de una tarea a otra acarrea un gran coste. Según la investigación científica reunida por la psicóloga Dra. Susan Weinschenk en 100 Things Every Presenter Needs to Know About People:

  • Conmutar de tarea es “caro”: tardas más tiempo en completar tareas si conmutas entre ellas que si te concentras en cada una.
  • Cometes más errores cuando conmutas que cuando realizas tareas de una en una.
  • Cuanto más complejas sean las tareas, mayores serán el coste y los errores.
  • Aunque conmutar de tarea puede llevar 1/40 de segundo, a medida que pasas más tiempo conmutando, puedes llegar a perder un 40% de tu productividad.
  • La conmutación de tareas involucra numerosas áreas de tu cerebro. Puedes consultar numerosas investigaciones en este campo en la página de la American Psychological Association Multitasking: Switching costs.

¿Hasta dónde puede llegar la multitarea en una presentación?

Es poco lo que una persona puede hacer mientras te está escuchando. Tomar notas mientras te escucha, a mano o en un ordenador, implica un cambio de tarea que puede acomodarse decentemente. Sin embargo, estar leyendo o enviando correos o tuits mientras hablas, implica que no te estará escuchando, aunque te asegure que no te preocupes, que puede hacerlo sin dificultad.

No repartas mucho material como apoyo porque estarás proporcionando a la audiencia una fuente alternativa de distracción. Los alientas a hojear la documentación mientras hablas. Avisa de que la repartirás al final y espérate a entregarla hasta haber terminado.

Anima a la audiencia a hacer una sola cosa durante tu presentación: escucharte. Para ello, divide la presentación en tramos cortos durante los cuales sea fácil mantener la atención.

Y nunca te dispares tú mismo en el pie: proyecta diapositivas con imágenes que refuercen tus palabras, evitando las diapositivas que contienen (mucho) texto, porque con ellas obligarías a la audiencia a escuchar y leer a la vez. Y en lugar de eso, ¿sabes qué harán? Leer el correo o tuitear o terminar el informe.

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