Esta entrada ha sido amablemente escrita por Silvia Álava Sordo, psicóloga y autora del blog La Psicología es para todos los días. Es coautora de libros como Cuentos para comer sin cuentos, «Cuidando el amor» o La psicología que nos ayuda a vivir y colaboradora habitual en medios de comunicación.

Antes de hablar en público ¿tienes “el estómago hecho un nudo”?, ¿se te seca la boca?, ¿tienes las manos sudorosas? Todo ello son somatizaciones de nuestra tensión y nervios previos a una presentación. Es muy habitual que nos pongamos nerviosos ante este tipo de situaciones, de hecho, en la consulta de psicología, trabajamos muy a menudo este tipo de casos, y no solo con grandes directivos que tienen que realizar presentaciones dirigidas a un gran público, sino con personas que tienen que presentar y dar directrices dentro de su equipo de trabajo, o con jóvenes, estudiantes …, quienes al realizar presentaciones en clase, en la universidad …, ven cómo los nervios destrozan su exposición. Hoy en día, realizar una presentación es algo muy habitual, en muchos ámbitos de la vida, no solo en el profesional y en el académico. En lo personal la comunicación también cuenta. ¿Cómo podemos garantizar que nuestra intervención sea un éxito? Hay muchas variables a controlar, pero básicamente se engloban en dos grupos: 1. Preparar a conciencia la presentación Hay que ser metódico y previsor en este sentido, y seguir una serie de pautas que nos darán confianza en nosotros mismos y nos ayudarán a aprender de nuestros errores antes de exponernos a la presentación definitiva. En este caso improvisar no suele ser buena idea. No voy a entrar en estas técnicas, ya que están ampliamente trabajadas por Gonzalo Álvarez en su blog y en su libro “El arte de presentar”. 2. Controlar los nervios durante la presentación Podemos preparar una presentación brillante, con un soporte espectacular, pero que finalmente sea un desastre. Cuando no controlamos el nivel de ansiedad, y nos ponemos nerviosos, nuestro discurso se verá deslucido y no trasmitiremos seguridad al público. Si nos estamos poniendo nerviosos a la hora de hablar en público es porque estamos adelantando pensamientos negativos respecto a dicha presentación. Así que en primer lugar, habrá que ser consciente de lo que estamos pensando respecto a nuestra presentación y nuestras habilidades como orador. Contestar estas preguntas en un papel puede ayudar:

  • ¿Cuál es mi problema?
  • ¿Cuál ha de ser mi actuación?
  • ¿Qué puedo hacer?
  • ¿Cómo lo voy a hacer?

A través de estas preguntas, podemos detectar si el problema está:

  • En que nuestra presentación no está bien elaborada, faltan videos, no estamos seguros de la veracidad de los datos, la calidad de las diapositivas no es la idónea… en ese caso, ¡manos a la obra! Debemos volver al punto uno: preparar a conciencia nuestra presentación: Comienza a trabajar en ella, hasta que esté pulida y a punto.
  • Si por el contrario, la presentación está bien preparada y tu preocupación está más, en “no les va gustar”, “quedaré en ridículo delante de mi jefe”, “si me preguntan algo no sabré rebatir la idea”, …, es hora de cambiar estos pensamientos negativos por unos positivos, como “lo he preparado a conciencia”, “creo que les va a encantar”, “sé expresarme bien, lo puedo hacer bien”, “conozco los datos, si me preguntan sabré contestar”…

Domina estas sencillas técnicas de control de la ansiedad Podrás ir aplicando de forma secuencial estas cinco técnicas según se vaya acercando el momento de la presentación. Con ellas podrás bajar tus niveles de ansiedad antes de una presentación.

  1. Desde días antes de la presentación: la relajación muscular es una técnica que se va perfeccionando con el tiempo y la práctica, pero que, de forma resumida, consiste en ir tensando y destensando de forma consciente los músculos siguiendo un orden determinado. Lo ideal es entrenar esta  técnica durante 15 días seguidos de forma sistemática, para conseguir la automatización del proceso.
  2. Cuando te imaginas realizando la exposición, ¿cómo te ves? ¿Nervioso, tropezando, no sabiendo resolver la situación…? O por el contrario, ¿eres capaz de verte realizando una presentación brillante, en la que tu público queda encantado y te da la enhorabuena? La técnica de la visualización positiva, que tanto se usa en el mundo deportivo, consiste principalmente en visualizarse realizando con gran éxito esa presentación, viéndote como realmente quieres que ocurra, y hay que hacerlo de la forma más detallada posible. Imagina la sala donde vas a estar, que ropa llevas puesta, dónde se sienta el público… para después visualizarte realizando tu presentación de forma brillante y consiguiendo tu objetivo. Al principio puede que te cueste, pero no dejes de hacerlo unos días antes del gran día, y sobre todo la noche de antes y un rato antes de realizar la exposición. Proyectar en positivo puede ser de gran utilidad para controlar la ansiedad y nos facilitará el camino hacia el éxito.
  3. Segundos antes de la exposición algo tan sencillo como beber un trago de agua antes de comenzar a hablar nos puede ayudar a conseguir un mejor rendimiento cognitivo y a reducir el nivel de ansiedad. Desaparecerá esa sensación de boca seca, algo asociado a la situación ansiógena.
  4. Finalmente, justo antes de salir a nuestra exposición, la respiración diafragmática, consiste en respirar profundamente muy despacio, llevando el aire al abdomen, y expulsar el aire muy despacio por la boca, empleando más tiempo en la espiración que en la inspiración, es una técnica para reducir la ansiedad muy eficaz en estos casos, y que está al alcance de todo el mundo, y se puede realizar antes y durante la presentación.
  5. Y recordad, lo que nos repetimos de forma constante, esas frases interiores que nos formulamos, son las responsables de nuestros estados de ánimo, así que utilicémoslas para que trabajen a nuestro favor y no en nuestra contra. No dejes de repetirte: “me va a salir bien”, “yo puedo”, “lo he preparado a conciencia”…

ENTRADAS RELACIONADAS

- Los directivos y su miedo a hablar en público

- ¿Hablar en público te da miedo o te excita?

- Cuanto más te preocupes por la audiencia y menos por ti mismo, menor será tu miedo a hablar en público y mejor conectarás

DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué haces para tranquilizarte antes de una presentación?

¿NECESITAS AYUDA?

Descubre nuestros servicios de Academia, Agencia o Coaching de presentaciones y pierde de una vez tu miedo a las audiencias. Completa el siguiente formulario y te responderemos enseguida.