“El hambre agudiza el ingenio.”
—Refrán popular
Siempre he sostenido que la creatividad brota de las restricciones. ¿Recuerdas aquellas series de los 80, como McGyver o el Equipo A, cuando conseguían escapar de las dificultades construyendo todo tipo de ingenios con lo que tenían a mano?
En el mundo de las presentaciones nos hemos adentrado en una peligrosa zona de confort. Cuando nos encargan una, lo primero que nos viene a la cabeza es crear un PowerPoint. Ahora bien, una presentación es un acto vivo de comunicación, no un documento muerto. Si quieres ir más allá de lo convencional, si quieres de veras innovar en tu próxima presentación, parte de la siguiente restricción autoimpuesa:
NO HAY POWERPOINT
¿Qué harías si no tuvieras PowerPoint? ¿Cómo enfocarías tu presentación?
No puedes ni imaginarte la cantidad de ideas brillantes que brotan cuando creando desde cero una presentación con un cliente les impongo esta limitación artificial. En lugar de conformarnos con la primera diapositiva que nos viene a la cabeza nos devanamos los sesos buscando objetos, actividades, puestas en escena originales. Acuérdate de Elisha Otis o de aquellos bailarines y cantantes. Cuando te olvidas del PowerPoint, se abre un universo de posibilidades.
EL SANTUARIO DE LOS GUANTES
Los hermanos Heath cuentan la siguiente anécdota en su libro de lectura obligada Cambia el chip:
“Jon Stegner creía que la compañía en la que trabajaba, una manufacturera de gran tamaño, estaba desperdiciando vastas cantidades de dinero. Él estaba convencido de que podría reducir gastos por mil millones de dólares durante los siguientes cinco años.
Para lograr este ahorro, sería necesario un gran cambio y para ello debería lograr convencer a sus superiores. Ellos debían creer primero que esta oportunidad era posible, lo cual no hacían.
Buscando un ejemplo atractivo e irresistible, donde se ilustraran los malos hábitos de la compañía con respecto a sus compras, Stegner le asignó a un becario que investigara un solo objeto: guantes de trabajo, los mismos que usaban la mayoría de los trabajadores en las distintas fábricas de la compañía. El estudiante se embarcó en la misión de identificar todos los tipos de guantes que se usaban en dichas fábricas, para después saber cuánto estaba pagando la compañía por ellos.
El intrépido becario rápidamente informó que las fábricas estaban comprando ¡424 tipos distintos de guantes! Además, los obtenían de diferentes proveedores que negociaban sus precios individualmente. El mismo par de guantes que costaba 5 dólares para una fábrica podía costar 17 dólares para otra.
A petición de Stegner, el becario reunió un ejemplar de cada uno de los 424 diferentes tipos de guantes y etiquetó cada uno con el precio pagado. Después juntaron todos los guantes, los llevaron a la sala de reuniones y los apilaron sobre la mesa central. Stegner invitó a todos los presidentes de división a venir a visitar el Santuario de los Guantes.”
Lo que vieron los dejó sin habla. Caminaban alrededor de la mesa viendo incrédulos la inmensa cantidad de guantes y la disparidad de precios: dos guantes idénticos estaban marcados uno con un precio de 3,22 $ y otro de 10,55 $.
La exposición de guantes pronto se convirtió en un espectáculo itinerante, de visita por docenas de plantas. La reacción fue visceral: “¿Estamos locos o qué? No podemos permitir que esto siga ocurriendo”. Pronto Stegner recibió la autorización para el cambio que había estado persiguiendo. La compañía cambió su proceso de compra y ahorró grandes cantidades de dinero.
EMPIEZA TU PROCESO CREATIVO SIN POWEROINT
¿Qué habría pasado si Stegner hubiera hecho una presentación ante sus jefes, llena de datos, analíticas, hojas de cálculo, recomendaciones de racionalización de procesos, etc.? Nada. No habría obtenido ningún resultado.
A menudo, las presentaciones más brillantes no usan PowerPoint en absoluto (ni Keynote, ni Prezi, ni nada que se le parezca).
La próxima vez que te enfrentes a la creación de una presentación, empieza desde aquí: no hay PowerPoint, ¿qué puedo hacer?
Y verás cómo empiezan a brotar ideas brillantes, ésas con el poder de mover a la audiencia a la acción.
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DIÁLOGO ABIERTO
¿Cuál es la presentación más original sin PowerPoint que has presenciado jamás?
[Créditos: Presentation, diseñado por Joris Hoogendoorn.]
Hola Gonzalo,
Hará un par de meses que sigo el blog, y la verdad es que es complicado no llevarse algo cada vez que leo una entrada.
Esta me ha gustado especialmente, pues es tan obvia y cierta, que resulta imprescindible que nos lo recuerden.
¡Un saludo!
Gracias, David. Así es, tendemos a no ver lo que tenemos delante de los ojos. Hace falta que venga alguien de fuera para abrirnos los ojos.
Sin duda, una de las mejores presentaciones que he visto en las que el PowerPoint es un elemento más y no el más importante, es la conferencia TED de Hans Rosling titulada “Hans Rosling y la lavadora mágica”. No puedo dejar de verla, pensar en mi abuela y mi madre, y soltar alguna lágrima aquí y allá. Además de, racionalmente, estar de acuerdo con su argumento y la forma en que lo presenta. Muy recomendable y disponible en el sitio de TED. http://on.ted.com/a0FBV (liga corregida, perdón)
Coincido contigo, una de las charlas de Rosling que más me han impactado. En lugar de PowerPoint, ¡una lavadora! Brillante.
Sin duda, una de las mejores presentaciones que he visto en las que el PowerPoint es un elemento más y no el más importante, es la conferencia TED de Hans Rosling titulada «Hans Rosling y la lavadora mágica». No puedo dejar de verla, pensar en mi abuela y mi madre, y soltar alguna lágrima aquí y allá. Además de, racionalmente, estar de acuerdo con su argumento y la forma en que lo presenta. Muy recomendable y disponible en el sitio de TED. http://on.ted.coma0FBV
Muchas gracias por el interesante post. Creo que la clave es que el «powerpoint» nunca debería ser «la presentación», sino tan solo un apoyo. Una ayuda, un medio que puede aportar algo más a lo que podemos contar con palabras y gestos. Por lo general, y ese es el problema, el «powerpoint» es la presentación, es decir, el ponente no hace ninguna falta, dado que se limita a repetir (o a veces, para mayor espanto, leer) lo que pone en las diapositivas. Si las diapositivas son «un añadido» se puede prescindir de ellas. Si son «la presentación», estás vendido.
Hay muchas cosas para las que no necesitas un powerpoint. Hay muchas cosas para las que es mejor que no uses powerpoint. Y hay otras cosas en las que, si están bien elegidas y diseñadas, unas pocas diapositivas pueden complementar y añadir valor a lo que estás contando.
Me encantan las presentaciones de TED. Si nos fijamos, en la inmensa mayoría de ellas se usan poquísimo, o nada, las diapositivas. La presentación es el ponente.
Un saludo.
Así es, les digo a mis alumnos: «Tú eres el elemento visual número uno y no el PowerPoint».