“Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.”

—Federico Fellini.

El mundo deportivo ofrece un sinfín de provechosos paralelismos para empresas y personas cuya aspiración es la mejora continua. Dentro del mismo, los deportistas de élite se han convertido en respetados modelos de referencia excelentemente valorados en la actualidad.

Una de las técnicas más usadas por estos héroes, deportistas de alto rendimiento, destaca por su simpleza y por los resultados tan positivos que genera. Consiste en una dinámica de Programación Neurolingüística que se denomina Generador de Comportamientos.

Consiste básicamente en una visualización guiada que, una vez diseñada, puede repetirse mentalmente, como la proyección de una película, hasta que el cerebro la asimile del mismo modo que asimila un recuerdo a partir de una acción que verdaderamente ha acontecido.

Tu cerebro no es capaz de distinguir realidad de ficción

El principio en el que se fundamenta este ejercicio es que el cerebro no es capaz de distinguir realidad de ficción. Es decir, que se activan las mismas regiones cerebrales en la práctica real de un deporte o el uso de un instrumento musical, que durante su práctica imaginaria.

Para demostrarlo el neurocientífico Álvaro Pascual-Leone (Valencia, 1961) realizó un experimento en su laboratorio de la Universidad de Harvard basándose en una idea que ya adelantó el Nobel español Santiago Ramón y Cajal, quien sostenía la importancia de la práctica mental para mejorar la capacidad motora. Cajal creía que si un pianista se ejercitaba con la imaginación, sus movimientos serían después más ágiles. Para demostrar esta idea del intuitivo Cajal, Pascual-Leone enseñó a dos grupos de personas que nunca habían estudiado piano qué dedos debían mover para interpretar una secuencia de notas, al tiempo que las escuchaban.

Uno de los grupos practicó sobre el teclado. El otro sólo en imaginación. Después de cinco días de entrenamiento, todos los participantes habían aprendido a tocar la melodía y mostraban los mismos cambios cerebrales. El grupo que había practicado sobre el teclado mostró una ventaja inicial. Pero después de dos horas de práctica real del grupo de entrenamiento en imaginación, la ventaja despareció.

Este halagüeño descubrimiento refrenda la importancia de visualizarse llevando a cabo una presentación exitosa, del mismo modo que lo haría un pianista para lograr la ejecución armoniosa de su obra, o un tenista que pretendiera lograr un partido magnífico.

Puedes encontrar un ejemplo similar en el famoso nadador Michael Phelps, quien según relata en entrevistas lleva visualizando su estilo ideal de natación desde que era un adolescente. Años de proyección mental de su película perfecta, visualizando la carrera ideal, le permitió, no solo ganar la carrera del mundial de Pekín, dificultosa carrera en la cual se coló agua permanentemente dentro de sus gafas y tuvo que acabar a ciegas, sino obtener el record del mundo en 200 metros mariposa.

Generador de Comportamientos, visualizar una ponencia impecable

Esta técnica de PNL, que se practica en los cursos de Exposición Oral de El Arte de Presentar, pretende ayudar a lograr el estado deseado, y el camino posible para lograrlo. A partir de las visualizaciones se irán recorriendo las instancias intermedias que deban transitarse hasta la meta, cuyas fases consisten en:

  1. Tener claros aspectos que te gustaría que se mejoraran en tus intervenciones públicas. Por ejemplo, estar más relajado, disfrutar más de la ponencia y del público presente en la misma, experimentar más seguridad sobre la temática sobre la cual vas a comentar algo, previos conocimientos técnicos y estudio de la materia.
  2. Una vez identificados imagina una pantalla de cine en frente de ti por encima de la línea del horizonte y visualízate a ti mismo dando esa ponencia con todos los recursos antes mencionados. La forma de contemplar estas imágenes es siendo un espectador, es decir, un agente disociado del que está ejecutando la acción. Como si fueras el espectador de una película en la que te ves como protagonista.
  3. Recuerda la intención positiva de tu ponencia. Procura que tu para qué, ya sea disfrutar de la ponencia mientras la ofreces, dar información importante o progresar en tu trabajo, sea lo más motivador posible para que el beneficio positivo de la misma sirva de acicate en el proceso.
  4. Te visualizas de nuevo de forma disociada, como espectador, pero en esta ocasión tratas de ser consciente de si hay sonidos, del brillo y color de la imagen que estás viendo y de todo lo que captan los sentidos del protagonista de esa película que ves. Aprovecha también para manipular como si de un mando a distancia se tratara, todas las cualidades internas que te gustaría imprimir en tu discurso. Lo seguro que te encuentras, lo tranquilo que estás, lo mucho que disfrutas de tu ejecución. Mejora todo lo que desees mejorar a tu antojo.
  5. Sal de ese estado simplemente moviéndote, haciéndote una pregunta simple como: ¿Qué comiste ayer? Y vuelve después a visualizar esta película pero con la particularidad de estar asociado esta vez, es decir, vivirlo en tu propia piel. Ahora es a través de tus ojos que miras a la audiencia, que oyes sus sonidos y que sientes las emociones positivas que has introducido anteriormente. Te asocias a todas estas sensaciones y aumentas la emoción positiva que te suscitan hasta el máximo posible. Puedes salir de este estado simplemente con una respiración honda y a partir de un movimiento relajado de tu cuerpo volver al aquí y ahora.

Si repetimos esta película ideal en nuestra cabeza los días anteriores a una charla, seremos capaces de mejorar nuestra respuesta emocional ante el hecho de hablar en público, haciendo que la experiencia real también se convierta en más positiva. Para que el proceso se sienta perfectamente incorporado es importante la repetición de esta visualización positiva, al menos una vez al despertarse y otras dos antes de dormir, de esta manera se irá grabando en nuestra mente una nueva conducta posibilitadora frente al objetivo inicial elegido: disfrutar y mejorar nuestra manera de dirigirnos a la audiencia.

DIÁLOGO ABIERTO

¿Te resulta sencillo visualizarte ejecutando una acción? ¿Es más fácil para ti visualizarte asociado o disociado?

[Movie, diseñado por Berkay Sargın.]