“Si de esta manera cuentas tu cuento, Sancho, repitiendo dos veces lo que vas diciendo, no acabarás en dos días: dilo seguidamente y cuéntalo como hombre de entendimiento, y si no, no digas nada.”
—Miguel de Cervantes.

Esta es una de las preguntas que más se repiten en los cursos en abierto de El Arte de Presentar: ¿Debemos sabernos la presentación de memoria?

Como respuesta estándar desaconsejamos memorizar grandes bloques y mucho menos la presentación completa. Los nervios del momento, un imprevisto de última hora o simplemente una variación en el orden de exposición y las posibilidades de quedarse en blanco, origen del verdadero miedo escénico, aumentan de forma considerable.

Lo que solemos sugerir es que se memoricen exclusivamente la parte inicial de la presentación y el cierre o conclusión y que en ninguno de los casos lean el título de la ponencia y su propio nombre mirando a la pantalla en vez de a la audiencia.

En cuanto al cuerpo de la presentación lo que recomendamos es estructurar y organizarlo en bloques, usando lo que se conoce como técnica chunking, que no solo nos ayudará a recordar las piezas fundamentales de nuestra intervención, además proporcionará a la audiencia una manera sencilla de procesar la información que reciben.

En el caso de que quieran memorizar fragmentos específicos de la presentación: historias, anécdotas ilustrativas, ejemplos complejos, etc., lo que sugerimos es por una parte dividir en módulos la información, volvemos a referirnos a la técnica de chunking, y por otro, organizarla de forma que tenga sentido para el presentador.

Como ha demostrado el experto canadiense Endel Tulving, organizar la información ayuda a hacerla comprensible, lo que facilita enormemente su memorización. En una de sus investigaciones, Tulving reunió a dos grupos de estudiantes y les dio 100 tarjetas a cada uno con palabras impresas en ellas. Uno de ellos debía aprender las palabras memorizándolas. El otro tenía como única tarea la clasificación de las tarjetas por categorías. Cuando más tarde examinó a ambos grupos pudo comprobar cómo los ‘organizadores’ recordaban las palabras mejor incluso que los que las habían memorizado, a pesar de no haber intentado conscientemente retenerlas. La intención manifiesta de organizar el material les proporcionó pautas de asociación, las cuales facilitaron su aprendizaje con mínimo esfuerzo.

Además de la organización y agrupación de ideas, estas otras pautas te ayudarán a memorizar de forma efectiva:

  • Lee el texto en voz alta y repítelo varias veces. La repetición es uno de los elementos claves a la hora de memorizar listados o historias.
  • Copia el texto a mano.
  • Subraya con diferentes colores los conceptos más importantes, estableciendo jerarquías.
  • Usa mapas conceptuales: fomentan la reflexión, el análisis y la creatividad.
  • Apunta al margen del texto las palabras clave. Resumir en una palabra la idea general del párrafo ayuda a su memorización.
  • Graba el texto en una nota de audio y escúchalo repetidas veces como si fuera una canción.

Como decía David P. Ausubel:

“El factor más importante en el aprendizaje es lo que el sujeto ya conoce.”

Relaciona cada nuevo aprendizaje con información que ya posees y descubre una fórmula sencilla para recordar información.

[Resuelve dudas como ésta: ¿Debemos memorizar nuestra presentación? en nuestro próximo curso sobre crear y exponer presentaciones.]

DIÁLOGO ABIERTO

¿Has memorizado una forma memorable de concluir tu presentación?