Una de mis propuestas básicas para progresar en la comunicación y en la vida es practicar actividades lúdicas que te obliguen a salir de tu zona de confort tantas veces y tan lejos como te sea posible. En particular, animo a todos mi clientes de coaching y de formación a hacer algún taller de Impro. ¿Por qué? Porque es una actividad que te prepara de forma excepcional para aceptar el presente y buscar soluciones en lugar de excusas.

La piedra preciosa de la Impro, de las ventas y de la vida: “Sí, y”

En el teatro de improvisación o Impro aceptas lo que tu compañero te ofrece (el “sí) y lo expandes construyendo desde tu ingenio lo que te ha presentado (el “y”). No puedes quejarte. No puedes cambiarlo. No puedes refutarlo. No puedes ignorarlo. Sólo puedes aceptarlo, abrazarlo y seguir para adelante. No puedes planificar. Tu horizonte nunca llega más allá de tu próxima frase.

Al decir “Sí” aceptas la situación planteada por tu compañero y comienzas el proceso colaborativo de crear juntos una pieza teatral original y brillante. Cuanto más profundo sea tu “Sí”, más fácil te resultar seguir con el “y”. Aceptando sin condiciones la propuesta del compañero, añades nueva información y haces avanzar la narración, siempre en positivo, siempre hacia arriba.

A diferencia de otras disciplinas, la Impro se edifica sobre la más genuina colaboración. Cuanto mejor hagas quedar a tu compañero, más brillará la escena y mejor quedarás tú. Defiendes tu propio valor afirmando el valor del otro. Cuando aceptáis todas las propuestas mutuas, parece telepatía, como si todo estuviera ensayado. No hay antagonismo ni protagonismo. Hay magia.

Cuando vendas tus propias ideas, productos o servicios, utiliza siempre el “sí, y” de la Impro

Para poder decir “Sí”, antes necesitas escuchar la propuesta del otro. Por desgracia, la mayor parte del tiempo, mientras habla nuestro interlocutor, no escuchamos para comprender sino para responder. Y muchas veces, ni nos molestamos en esperar a que acabe el otro: directamente le interrumpimos. En cambio, en la Impro, escuchas con todos tus sentidos, absorbiendo cada palabra y cada gesto. Así como sea tu escucha, así será tu respuesta. Aprendes a escuchar sin escuchar en busca de nada en concreto. Aprendes la escucha incondicional. Y lo hermoso del caso es que, si llevas esta escucha a tus presentaciones de venta, descubrirás que la mayoría de objeciones no son sino propuestas encubiertas.

Empezar con “Sí, pero” destruye la aportación del otro. No estás diciendo “Sí”. Estás diciendo “No”. El “pero” conduce a una espiral descendente de bloqueo y frustración.

Empezar con “Sí, y” denota interés y respeto. Conduce a una espiral ascendente de posibilidad y futuro. Seguramente no siempre estarás de acuerdo con todo lo que te dicen. Tampoco en la Impro te gusta todo lo que te proponen. A menudo tienes en tu cabeza una idea de cómo evolucionar la escena y tu compañero tira por otro camino. En ese caso, busca la perla enterrada en lo que te dicen, busca el aspecto positivo, la parte valiosa de la idea, aquello a lo que puedes decir “Sí” sin reservas y elabora desde ahí.

El resultado será que todos os sentiréis parte de un equipo, como en el teatro. La inteligencia del grupo siempre excede a la del individuo. Ten el coraje de decir “Sí, y” a lo positivo que te ofrezcan y construid juntos desde ahí.

El “Sí, y” no es un técnica, es una actitud ante la vida

En su libro Impro – Improvisacion Y Teatro, Keith Johnstone escribe:

«Hay gente que prefiere decir “Sí” y hay gente que prefiere decir “No”. Quienes dicen “Sí” se ven recompensados con las aventuras que viven. Quienes dicen “No”, con la seguridad que obtienen.»

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DIÁLOGO ABIERTO

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[Créditos: Imagen de cabecera diseñada  para este artículo con elementos de Shutterstock ]