El método de creación de presentaciones que hemos desarrollado en el Arte de Presentar consta de cuatro etapas: planificación, estructura, diseño y exposición. A nuestro juicio representan los cuatro pilares sobre los que se asienta la comunicación eficaz de cualquier clase, ya sea escrita u oral. Hay varias razones por las que el diseño ocupa el penúltimo lugar en el proceso. Quizá la más importante sea que en El Arte de Presentar entendemos que un acto de comunicación no necesita siempre y en todo caso documentos o diapositivas de apoyo. A menudo —mucho más de lo que nos imaginamos— las palabras pronunciadas por un orador bastan para transmitir el mensaje. En otras ocasiones, sin embargo, un documento o unas buenas diapositivas ayudan a reforzarlo. Es entonces cuando resulta fundamental poseer unos conocimientos básicos de diseño gráfico y saber aplicarlos a los materiales de refuerzo que creemos. Llegados a este punto muchos de los directivos con los que trabajamos nos expresan la misma queja: su empresa los obliga a utilizar una plantilla corporativa que limita drásticamente las posibilidades de expresión y encorseta su creatividad.

¿Es posible usar una plantilla de forma creativa?

El mundo empresarial suele ser conservador por naturaleza, y las organizaciones que lo pueblan suelen serlo más cuanto mayor es tu tamaño. Arriesgarse a probar algo nuevo puede resultar costoso si no se tiene éxito, y por eso lo normal es apostar por lo seguro, actuar según el principio de «si ya funciona, no lo toques», y dejar que innoven otros. De ahí que las presentaciones que se ven todos los días en las oficinas resulten tan anodinas y desprovistas de humanidad.

A fin de asegurar que se transmiten la misma imagen y los mismos valores en todas las situaciones de comunicación posibles, las organizaciones suelen emplear plantillas de diseño cerrado para confeccionar sus documentos y presentaciones. Como señalaba al principio de esta entrada, para muchos estas plantillas limitan la creatividad de sus usuarios e imponen un mismo patrón a todas las presentaciones que hace imposible innovar. ¿Acaso no hay ninguna forma de superar este obstáculo aparentemente infranqueable?

Una nueva forma de entender las plantillas corporativas

Si estas plantillas están bien diseñadas no tienen por qué entorpecer el diseño de piezas de comunicación creativas; simplemente, establecen unas reglas para la creación. Piensa en el fútbol, por ejemplo: las reglas son las mismas para cada partido, pero cada enfrentamiento es distinto; lo que sucede en el campo durante noventa minutos es único e irrepetible, porque dentro de ese espacio de juego y de tiempo los entrenadores y los jugadores son libres de plantear el partido como mejor les parezca. De ahora en adelante, te invito a entender que una buena plantilla no es más que eso: un campo de juego con reglas establecidas dentro del cual cada comunicador puede plantear su propio partido.

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DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué haces habitualmente para sacar el mayor partido a tu plantilla corporativa?

[Créditos: Imagen de cabecera diseñada  para este artículo con elementos de Ingimage]