Presentar con la ayuda de diapositivas vuelve explícitas tus ideas y proporciona a la audiencia una estructura con la que seguir el desarrollo lógico de tu exposición. Si ya eres un orador veterano y con carisma, usarlas no te perjudicará. Para el resto de nosotros, usar diapositivas elegantes y de factura profesional aumentará nuestra credibilidad. Sigue estos tres consejos la próxima vez que te sientes al ordenador a crear una presentación de diapositivas.

1No combines imágenes y mucho texto en una misma diapositiva
Una diapositiva debe contener poco texto o imágenes y poco texto, pero no imágenes con mucho texto. No sobrecargues tus diapositivas con información de distinta naturaleza. Cada elemento de la diapositiva será un estímulo que competirá por la atención y la capacidad de comprensión del espectador. No olvides la «regla zen» sobre la que insisto en nuestros cursos de creación de presentaciones: menos es más. Y no me canso de insistir porque funciona. (En nuestros libros y cursos denominamos a este concepto Fluencia Cognitiva, y es el secreto de toda buena presentación con diapositivas).

2Usa pocas viñetas (bullet points) y sepáralas generosamente
En las presentaciones de negocios se usa (y hasta se abusa con frecuencia) de las listas de viñetas. Si sigues este blog ya sabrás como decir adiós a las listas interminables para empezar a comunicar de manera más original y visual. No obstante, si decides presentar tus ideas punto por punto, incluye un máximo de tres o cuatro viñetas por diapositiva y sepáralas con una o dos líneas en blanco para «trocear» la información. Esto, que se conoce por chunking en inglés, facilita a la audiencia el esfuerzo intelectual de asimilar lo que dices. Colocar las viñetas muy apretadas, una a continuación de la otra, transmite pesadez, densidad y complejidad. ¡Casi me olvidaba! Evita las subviñetas o ideas de segundo nivel; si una diapositiva tiene varias, quizá sea mejor que las lleves a una nueva.

3Sé conciso y escribe frases cortas
Si haces bien tu papel, tú debes ser el foco de atención y quien transmita el contenido a la audiencia. El texto de las diapositivas simplemente ilustrará la estructura de tu exposición y servirá como recordatorio cuando tus oyentes repasen las diapositivas o sus apuntes más adelante. Conviene que te acostumbres a escribir frases cortas o mensajes compuestos de palabras clave, y a sincronizar tus palabras con el texto que aparece en pantalla en el mismo momento en que lo hace. Por ejemplo, si dices «Nuestro mercado principal son los pensionistas», puedes mostrar en pantalla simultáneamente una viñeta que diga «Mercado principal = pensionistas». Desde luego, presentar de esta manera te obliga a conocer muy bien tu contenido y a no vacilar al exponerlo. Puedes desoír este consejo hasta que hayas ganado confianza. En nuestros cursos de Exposición me refiero a la pantalla como al «burladero» donde el presentador inseguro busca refugiarse y eludir la mirada del público. Leer de la pantalla hace imposible establecer contacto visual con los espectadores, pero tranquiliza si te sientes como un manojo de nervios. En semejante trance, también a tu audiencia puede resultarle más fácil e informativo leer tus diapositivas. Hace unos meses recomendé cuatro libros para expresarse correctamente en español que a mí me ayudaron a redactar mejor; espero que ti también.

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DIÁLOGO ABIERTO

En tu opinión, ¿qué rasgos caracterizan a las malas diapositivas?

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