Érase una vez...Vivimos en una sociedad voraz consumidora de arte. Tanto si eres aficionado al cine como si no, seguro que a lo largo de tu vida has visto centenares de películas. Piensa en una que de verdad te haya gustado, una película que incluirías en tu ranking personal de obras maestras. ¿Ya la tienes? Bien. Para concluir, piensa en algún libro o cómic que te haya gustado especialmente. Y a continuación analicemos algunas de las semejanzas entre todas estas manifestaciones artísticas. ¿No te sentiste atrapado desde los primeros segundos por la trama de la historia en el caso del libro, cómic o película?

Los autores brillantes, los que crean obras maestras, poseen la habilidad de conectar inmediatamente con la audiencia, ya sea en el escenario, en la pantalla o sobre el papel. Pero no basta con despertar el interés inicial, hay que mantenerlo durante toda la obra. Todos hemos leído novelas o visto películas que empiezan muy bien para luego ir desinflándose y terminar como un globo arrugado. Es importante mantener la atención y el interés, desde el principio hasta el final. Como suele decirse, que «nos mantengan en vilo». Por supuesto, todas esas artes narrativas cuentan con sus propios recursos para conseguirlo.

Por último, ¿no es curioso que algunos de esos libros, películas o cómics los disfrutaras posiblemente hace años y todavía te acuerdes de ellos? Vemos pues que otra característica que comparten las grandes obras es su perdurabilidad en la memoria. Por eso precisamente se habla de «clásicos inolvidables».

En definitiva, las grandes obras narrativas alcanzan los tres objetivos de toda presentación: conectar con la audiencia, mantener su interés y fomentar el recuerdo.

Contar historias

El arte de narrar historias

¿Cómo podemos alcanzar esos tres objetivos en nuestras presentaciones? Los grandes narradores han conocido la respuesta desde el tiempo en que vivíamos en cavernas y contábamos historias alrededor del fuego. La narración de historias es un rasgo peculiarmente humano, común a todos los pueblos, épocas y lugares. Surgió como el método original de transmitir conocimiento de una generación a la siguiente y continúa siendo uno de los métodos más genuinos para comunicar información, emoción y empatía. Cuando se utiliza con maestría, una audiencia experimentará y recordará los eventos de la historia de una forma personal: pasará a formar parte de ella, será transportada a su universo narrativo. Se trata de un fenómeno psicológico sólo presente a través de la narración de historias, arte que afortunadamente todavía hoy se practica en algunos cafés, teatros y festivales.

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Historias y el arte de presentar

Una buena presentación no es tan distinta de una buena historia. El libro “Principios universales de diseño” menciona la narración como otra de las formas de atrapar a la audiencia en un diseño, de evocar una respuesta emocional específica o de proporcionar un fértil contexto en el que fomentar el aprendizaje:

«Un método para crear imágenes vívidas, emociones y comprensión de eventos a través de la interacción entre un narrador y una audiencia.»

— Principios universales de diseño

En futuras entradas examinaremos algunas estrategias para transformar nuestras presentaciones en historias que enganchen, informen y sean recordadas.

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