“El arte es un regalo personal que cambia a quien lo recibe.”

—Seth Godin

La meta última de toda presentación es producir un cambio en la mente, en el corazón o en el comportamiento de la audiencia. Una presentación que no inspire un cambio en sus pensamientos, en sus sentimientos o en su conducta es una pérdida de tiempo para ti y para tu audiencia. La verdadera influencia de una presentación se mide por el cambio que es capaz de generar en la audiencia.

Ahora bien, si vas a pedirle a la audiencia que haga algo, no pierdas de vista las siguientes advertencias.

Las cinco características de la llamada a la acción de tus presentaciones

1. Sé claro y específico al formular la acción. Deja patente lo que quieres que suceda: el paso siguiente que esperas que emprenda la audiencia.

2. Pide acciones cuyos resultados puedas medir. Sólo así podrás evaluar el éxito de tu presentación.

3. No pidas la luna, pide algo al alcance de tu audiencia. En caso contrario, no hará nada.

4. Pide una acción relevante para la audiencia, no para ti. Conecta las acciones con los beneficios de sus resultados.

5. “Ahora mismo” es mejor que “Luego”: ponle fecha a las acciones. A poder ser, que la audiencia pueda dar el primer paso allí mismo en la sala.

Eso sí, no puedes pedir un cambio que tú mismo no has experimentado. Debes estar convencido antes de intentar convencer a los demás.

[Si quieres aprender a formular una llamada a la acción persuasiva, apúntate a mis próximos cursos en abierto sobre Cómo crear presentaciones de alto impacto y Cómo exponer presentaciones de alto impacto.]

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Si tu presentación no produce un cambio en la audiencia, es una pérdida de tiempo para todos

DIÁLOGO ABIERTO

¿Te planteas antes de tus presentaciones cuál es el cambio que deseas inspirar en tu audiencia como resultado de tu presentación?