Seguro que te suena esto:

“La primera impresión es la que cuenta.”

No quiero entrar en un debate sobre esa información, pero lo que no me podrás negar es que vivimos en una sociedad visual, donde la información que primero percibimos y que causa un mayor impacto (positivo o negativo) es la que recibes por el sentido de la vista: televisión, internet, presentaciones, …

A la hora de realizar una presentación tienes que ser consciente que una parte muy importante de la comunicación entra dentro de la categoría de lo “no verbal”. En esa categoría incluimos las señales y los gestos que emites a la audiencia así como aspectos como el tono de voz. Esos gestos y señales tienen que ir acompasados con el resto de tu presentación para dar credibilidad y fuerza a tu mensaje. Muchas veces transmitimos más con un gesto que con mil diapositivas.

UNA PRESENTACIÓN SE VUELVE EXCELENTE NO SOLO POR LO QUE DICES SINO POR CÓMO LO DICES

En todo evento/acto de comunicación lo primero que transmites a tu audiencia no es lo que dices, sino cómo lo dices, incluso mucho antes de empezar a hablar. Esos segundos previos donde preparas tu diapositiva, donde te están presentando, ya están transmitiendo algo a tu audiencia. Tus gestos, tu mirada, ya le están transmitiendo a la audiencia tu actitud (que no aptitud): seguridad, nerviosismo, incomodidad, …

La comunicación no verbal tiene una función muy importante dentro de tu presentación:

  • Te permitirá apoyar lo que estás diciendo.
  • Podrás destacar o intensificar el significado de tu mensaje.
  • Podrás usarla como sustituto de algunas palabras.
  • Te permitirá transmitir emociones a la audiencia.

CLAVES A TENER EN CUENTA EN LA FORMA EN QUE TRANSMITES LA INFORMACIÓN

  • La presentación no empieza en el momento que empiezas a hablar, empieza antes. Ese momento previo en el estrado cuando estas esperando a que se siente la audiencia o a que te presente el moderador, es muy relevante. Tus gestos, tu mirada, tus manos (¿qué hago con ellas?) ya están transmitiendo algo a tu audiencia: si estás nervioso, si estás inseguro,…
  • Adáptate a la audiencia. Ten en cuenta la audiencia de tu presentación y adáptate tanto en el lenguaje, como en los gestos, tu actitud, la apariencia. En definitiva, tu imagen personal. En función del tipo de audiencia y su contexto, podrás apoyarte en la comunicación no verbal para transmitir cercanía, seriedad, complicidad, positividad, …
  • La importancia de la mirada, del contacto visual. Una de las mejoras formas de contactar con tu audiencia es a través de la mirada. Asegúrate que tu mirada “barre” toda la audiencia, no te centras sólo en un punto fijo o, peor aún, evita por todos los medios no mirar a la audiencia (mirada perdida, mirada al suelo o estar mirando constantemente a la presentación dando la espalda a la audiencia).
  • Cuida tu tono de voz a lo largo de todo el evento. A lo largo de toda la exposición tienes que saber manejar el volumen, la entonación, el timbre y los silencios. Cuidado de mantener un timbre monótono y bajo, ya que puede hacer que tu audiencia desconecte. Haz cambios de ritmo y de entonación para mantener el interés.
  • Por encima de todo, transmite Energía y Entusiasmo, con naturalidad. Aunque parezca algo básico, tienes que creerte lo que estás contando mostrando entusiasmo y motivación en tu ponencia. Si no transmites credibilidad en tu mensaje, ¿crees que la audiencia se lo va a creer? Básicamente consiste en tener una actitud muy positiva y, sobre todo, aparecer natural en los movimientos. No tienes que forzar ni adoptar una pose porque acabará siendo contraproducente: sé tú mismo.

Así que ya sabes: si quieres reforzar tu mensaje, prepara los aspectos no verbales de tu comunicación. Tienes que ensayar para transmitir naturalidad y, sobre todo, nunca fuerces ser lo que no eres.

DIÁLOGO ABIERTO

Y tú ¿cómo te apoyas en la voz y gestos para reforzar tu mensaje?

[Créditos: Semaphore flags de Shutterstock.]