Sentirse nervioso unos minutos antes de hacer una presentación ante público es una respuesta completamente normal. Para comunicar con eficacia e influir en otras personas es muy conveniente sentir cierto grado de excitación, un deseo sano y natural de hacerlo muy bien y causar una magnífica impresión. Por desgracia, en algunas personas esos nervios llegan a transformarse en un miedo paralizador que, con el paso del tiempo, las lleva a detestar hablar en público y a evitarlo en todo caso.

Hoy quiero compartir contigo un ejercicio muy poderoso que te ayudará a superar los nervios y el miedo a hablar en público poco a poco.

Aquí lo tienes: en lugar de esforzarte por vencer el miedo y no sentirte nervioso, en tu fuero interno concéntrate únicamente en seguir con tu presentación a pesar de sentir miedo.

Si te das cuenta, esto es justo lo contrario de lo que hacemos habitualmente, y por eso funciona. Esforzarse por no tener miedo aumenta el miedo, así de sencillo. Es igual que cuando te piden que no pienses en un elefante rosa. ¡Pero escuchar la petición, hace que pienses justamente en eso! Empeñarte en no querer sentir miedo simplemente mantiene el miedo en el foco de tu conciencia. Olvídalo. Es el camino equivocado.

¿Cómo puedes practicar esta nueva forma de proceder ante el miedo?

Busca momentos de tu vida en que hables en público; da igual que sea ante una persona o ante un pequeño grupo de amigos o de compañeros. Tú, sigue adelante. Habla. Comunica. Y haz justo lo contrario de lo que el miedo, los nervios y la timidez dicen que hagas. ¡Habla aunque sigas sintiendo el miedo a hablar! De esta manera verás que el miedo no es más que un farol, pues no te impide actuar. De hecho, ¡estarás hablando!

¿Te asusta exponer a tus compañeros tus propuestas para el nuevo cliente? ¡Adelante! Comienza a hablar a la vez que en tu fuero interno sientes que estás desafiando al miedo deliberadamente. ¿Lo ves? Ya lo has conseguido.

Además, notarás también algo fascinante: cuando con una parte de ti avances a pesar del miedo, todos los elementos corporales y vocales que intervienen en la comunicación (tu voz, tu postura, tus expresiones faciales, etc.) se contagiarán de esta valentía y actuarán con un valor renovado. Será como si tú mismo te oyeses hablar y tus emociones exclamasen: «¡Si la voz puede superar los nervios, nosotras también!». Notarás que todo tu ser recupera la compostura. Con gran alegría te darás cuenta de que en los nervios y en el miedo nunca has encontrado fuerza ni apoyo, y que ya cuentas con todo lo necesario para comunicar naturalmente.

No te conformes con leer este ejercicio. Pruébalo. Aun temblando, avanza siempre hacia lo que te asusta. Descubrirás que lo único que perderás será el miedo.

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DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué fue lo que más te ayudó a superar el miedo a hablar en público?

[Créditos: Imagen de cabecera diseñada para este artículo con elementos de freepik.]