La mayoría de empresas entienden la Formación como un evento puntual: los alumnos pasan uno o dos días dentro de un aula recibiendo formación, con suerte, lejos del centro habitual de trabajo. Una vez transcurridas las sesiones, vuelven a su puesto y reanudan su actividad normal, con la esperanza de que algo apliquen.

Sin embargo, en 9 de cada 10 formaciones, el impacto desaparece a los 120 días

Si los participantes no aplican en su puesto de trabajo lo aprendido, olvidarán pronto los contenidos del programa. Entre el 85% y 90% de las formaciones no poseen un impacto duradero más allá de los 120 días. Sin una estrategia de refuerzo del aprendizaje, en un año no recordarán ni el 10% de los contenidos del programa.

Cuando no existe un plan de seguimiento para reforzar los resultados de la formación en aula, los participantes invariablemente olvidan lo aprendido y desaprovechan las oportunidades para convertir las nuevas habilidades en hábitos. Para que una idea cale, el alumno necesita exponerse a ella en varias ocasiones. Por muy buena voluntad que pongan los participantes, saldrán de la formación con una comprensión parcial del nuevo conjunto de habilidades. Sólo mediante la repetición, la práctica y la aplicación directa de los conocimientos al puesto de trabajo podrán adquirir las nuevas habilidades. El aprendizaje es un proceso continuo que requiere exposición frecuente y diferentes enfoques para enseñar la misma lección.

Las empresas que ignoran estos hechos se arriesgan a que los participantes retornen a la vieja forma de hacer las cosas, con la consiguiente pérdida económica y de moral de los empleados.

Para sostener el nivel de cambio producido durante un programa de formación resulta necesario un proceso posterior de refuerzo

El coaching posterior y los programas de seguimiento permiten prolongar los efectos de una buena formación.

Existen numerosas herramientas y técnicas para reforzar la formación y garantizar su aplicación al trabajo. Las más exitosas son:

  • Sesiones de trabajo entre pares, o uno a uno con un coach, o bien en grupo con un coach.
  • Contenidos de refuerzo, que ahonden en materias tratadas durante el programa o que aborden temas relacionados. Pueden entregarse vía email, píldoras en vídeo, webinars, etc.
  • Resúmenes y listas de comprobación que permitan a los participantes aplicar en su trabajo los conceptos clave del programa.

Para que una formación sea eficaz no basta con elegir a un buen proveedor de formación: se necesita un enfoque estratégico hacia la Formación

Las organizaciones líderes no contemplan la Formación de sus empleados como un evento puntual, sino como un proceso continuo. La formación en aula es una pieza más y, ni siquiera la más importante, dentro de la Formación global.

Para transferir efectivamente el aprendizaje al comportamiento, la Formación exige reforzar lo aprendido una vez que los participantes abandonan el aula. La próxima vez que contrates formación, no te limites a clases y cursos. La Formación no puede limitarse a intervenciones formales y cursos estructurados. Considera de qué manera podrás garantizar que el conocimiento pasa del aula a la vida real y al puesto de trabajo. Si necesitas ayuda, nosotros podemos asesorarte sobre cómo diseñar mejores Programas de Formación.

Sin refuerzo no hay transferencia.

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¿De qué manera reforzáis la Formación en vuestra organización?