“Las fotografías son las listas de viñetas del siglo XXI”

Martin Fowler

El jueves de la semana pasada participé en el evento StartUpBootcamp apadrinando a la startup Linkovery. Diez empresas en busca de financiación presentaron sus proyectos ante un foro compuesto por mentores e inversores. El tiempo estaba limitado a 7 minutos por empresa, restricción que todas cumplieron escrupulosamente tras numerosos días de repetidos ensayos. Observé complacido que ni una sola de las presentaciones incluía listas de viñetas en sus transparencias. Claro que si no usas listas de viñetas, entonces ¿qué usas? El recurso habitual suelen ser las fotografías. Y la mayoría de las veces, tristemente, se usan mal, como ocurrió en varias de las presentaciones del jueves. ¿Por qué mal? Porque estamos completando un ciclo.

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Ahora que las listas de viñetas están superadas, hay que dejar atrás las fotografías decorativas

La Historia es un constante vaivén pendular: después de completar una revolución volvemos al punto de partida. Todos coincidimos en que las listas de viñetas son ineficaces. Está claro que había que hacer algo, sí, había que empezar una revolución. En un movimiento de reacción muy comprensible y loable en contra de la omnipresencia de las listas de viñetas, éstas comenzaron a ser sustituidas por fotografías.

Al principio las audiencias suspiraron aliviadas refrescadas por el nuevo viento del cambio: ¡por fin visuales sin texto en la pantalla! Rápidamente, la situación ha ido evolucionando hacia el absurdo. ¿Hablas de la misión de la compañía? Hala, vas y pones una diapositiva con una foto de la misión Apollo XIII a la luna y una sola palabra: MISIÓN. ¿Hablas a continuación de los retos por delante? Pues nada, pones una diapositiva con una foto de una carretera norteamericana en mitad del desierto y un bisonte mirándote con cara de pocos amigos, con una palabra en grandes letras: RETOS. Y así sucesivamente. ¿Mejor que las listas de viñetas? Sin duda. ¿Comunica algo? Nada, sólo decora.

Lo confieso. Inspirado por Garr Reynolds y otros gurús, yo soy el primero que ha pasado largas horas buscando fotos en Google, en Flickr  o en sitios de venta de fotografías de stock en pos de la imagen perfecta para representar el concepto de la diapositiva. Ya sabéis de qué hablo: vas seleccionando fotografías de acá y de allá y luego le enseñas a un compañero tu botín: “Oye, Julián, ¿cuál de estas dos fotografías crees que ilustra mejor el concepto de creatividad? ¿El niño pintando con sus pies en la pared o estos ejecutivos saltando en una pradera con cajas de cartón sobre sus cabezas?». Simplemente ridículo, ¿no crees?

De la decoración a la comunicación

Una buena idea no necesita de ropajes visuales. Cuando Winston Churchill utilizó la metáfora imborrable del telón de acero, no la ilustró con una fotografía de un telón de teatro retocado con Photoshop para darle textura metálica. No uses fotografías a menos que sea necesario ilustrar lo que tus palabras no alcanzarían a expresar jamás. Usa visuales solamente cuando complementen y amplifiquen tus palabras. El resto del tiempo, en lugar de fotografías, usa palabras visuales que dibujen tus conceptos.

Si tus fotografías no refuerzan tu mensaje, ahórratelas. Recuperarás además muchas horas desperdiciadas buscando fotos por Internet que podrás dedicar a mejorar la estructura y a ensayar tu presentación.

Tú eres el visual más importante sobre el escenario, nunca PowerPoint, con listas de viñetas o sin ellas.

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¿Cómo usas las fotografías en tus presentaciones?