Cada vez que pongo en práctica el proceso que se ha descrito en la organización me encuentro con problemas.

El sistema que se ha diseñado presenta deficiencias.

Creo que sería conveniente cambiar la metodología de trabajo.

Mejoraríamos el proceso si implantamos esta herramienta.

Necesitamos automatizar el proceso de lectura de datos.

Son frases habituales en un entorno de trabajo, frases que nos trasladan nuestro equipo de trabajo, nuestros colaboradores, nuestros clientes. En ocasiones no alcanzamos a entender el problema al que se enfrentan y mucho menos la solución que nos proponen. Nos asaltan dudas como: ¿Cuáles son los problemas de los que hablan?

¿Cómo vamos a cambiar a estas alturas la metodología de trabajo?

¿Cuánto tiempo vamos a perder con el proceso de automatización?

A medida que se va desarrollando el proyecto, un buen día, nos damos cuenta de que hubiese sido mejor cambiar la metodología de trabajo, tomarnos un tiempo para analizar el proceso y ver qué partes se podían haber automatizado. En fin, que si hubiéramos sido capaces de ver y sentir lo que ocurría con los mismos ojos que nuestro equipo, habríamos cambiado nuestra decisión.

¿Podemos ver y sentir lo que ocurre? ¡Claro que sí! Plantándonos en el “gemba”, que en japonés significa “lugar real”, allí donde se desarrolla la actividad, donde se pone en práctica el proceso, donde se detectan las ineficiencias, donde se desarrollan los productos, donde está la ACCIÓN.

Mi recomendación es que te tomes un tiempo para ir al gemba. Aumentarás la comunicación con tu equipo, con tus colaboradores. Una vez allí observa, pregunta, analiza, siente, padece, sufre, escucha, discute y reflexiona en la medida de tus posibilidades, tus conocimientos, tu tiempo. Observa el proceso desde dentro y conviértete en protagonista. Todo esto te ayudará a tomar decisiones más conscientes, completas y seguramente más acertadas.

En algunas ocasiones ir al gemba significa ir a donde está el cliente, por ejemplo, en un mostrador de atención al público. Experimenta en tus propias carnes cómo se muestra al público tu servicio, tu producto, cómo te ven tus clientes.

Esta práctica te permitirá aumentar la comunicación tanto a nivel horizontal como vertical en el propio entorno de trabajo, allí mismo, donde suceden las cosas, las buenas y las malas. De esta forma percibirás los problemas de primera mano, tendrás las herramientas necesarias para avanzar, tomar decisiones, en una palabra: para MEJORAR.

¡¡¡Vive el gemba!!!

DIÁLOGO ABIERTO

¿Cómo sabes lo que ocurre en el “lugar real”?