Trata de imaginar lo siguiente: una pieza musical de cuarenta y cinco minutos compuesta por tres notas que se alternan; setecientos kilómetros en línea recta a través del desierto; un drama mudo de hora y media realizado por un director serbio sobre una joven que enviudó durante la guerra y lamenta su mala suerte mientras deambula por un parque. ¿Qué sentimientos te suscitan? Seguramente lentitud, monotonía y pesadez. Aburrimiento, en una palabra. Por desgracia, muchas de nuestras presentaciones provocan reacciones parecidas. Yo las llamo “presentaciones lineales”: tan emocionantes como seguir con la vista una línea recta a lo largo de dos kilómetros de papel.

A las personas nos gustan la variedad, los cambios y las sorpresas. Por ejemplo, las distintas actitudes que asumes a lo largo de tu exposición, los cambios de ritmo y de asunto que introduces, los juegos y ejercicios que planteas al público, o los vídeos, fotos y viñetas que muestras. Estos son sólo algunos de los trucos que existen para ofrecer presentaciones amenas e instructivas. Si no los aprovechas, correrás el riesgo de convertirte en un presentador lineal. ¿Y quién es este personaje tan habitual en salones de actos y salas de reuniones?

1Un presentador lineal es el que sólo ha venido a pasar las diapositivas con el mando.

Todo el valor añadido que aporta a su intervención es ése: él es el único que sabe cuándo toca apretar el botón para mostrar la siguiente diapositiva.

Para evitarlo, ¡presenta!, ¡actúa!

2Un presentador lineal es el que sólo ha venido para decir a sus espectadores que en la pantalla pueden ver lo que ya están viendo.

La riqueza de su lenguaje se manifiesta en cuántas formas diferentes conoce de decir «Como pueden ver aquí…», por ejemplo: «Aquí pueden ver…», «Como ven en la pantalla…», «En esta imagen se ve…» o «Aquí tenemos…». Resulta especialmente pesado cuando en su deseo de justificar su presencia lee en voz alta los textos que proyecta sobre la pantalla.

Para evitarlo, recuerda que el centro de atención debes ser tú, no la pantalla.

3Un presentador lineal es el que expone como si leyese en voz alta el prospecto de una caja de aspirinas:

Composición, indicaciones, posología, efectos secundarios, conservación… Ninguna de las ideas que presenta es más importante que el resto. Desde la primera hasta la última, ninguna destaca. Todas son iguales.

Para evitarlo, recuerda construir una historia de aventuras y dificultades, de desafíos e incertidumbre, de fracasos y éxitos, de buenos y malos.

4Un presentador lineal mantiene la misma actitud a lo largo de toda su intervención.

No demuestra un especial entusiasmo por nada. No se divierte. No juega con el público. No corre riesgos. No desvela misterios. No cuenta trucos. No se cansa. ¿Qué es lo que transmite? Una personalidad plana y sin gracia.

Para evitarlo, recuerda añadir una sana dosis de show a todas tus presentaciones.

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DIÁLOGO ABIERTO

Y tú, ¿qué haces para añadir una sana dosis de show a tus presentaciones?