Para aportar ideas valiosas, un ponente necesita perspectivas muy variadas sobre un mismo tema. También ayuda, y mucho, conocer temas sin relación aparente, con los cuales se pueden trazar sorprendentes conexiones. Si quieres aportarle ideas novedosas a tu audiencia, te vendrá de perlas leer libros. Muchos libros.

Para decir «Sí» a la lectura necesitas decir «No» a otras muchas actividades

Cuanto más tiempo dedicas a ver la TV, a leer las actualizaciones de tus redes sociales, a saltar de un vídeo de Youtube a otro, menos podrás dedicarlo a leer. Toma conciencia de cuánto tiempo dedicas cada día a estas actividades. No es que no tengas tiempo para leer, es que ¡lo estás dedicando a otras cosas!

No necesitas leer más, necesitas leer más sano: di «No» a la «lectura basura»

Igual que hay comida «sana» y comida «basura», hay lectura «sana», que amplía tus horizontes intelectuales, y lectura «basura», que te desinforma y sesga tu manera de ver el mundo. Toma conciencia de todo lo que lees habitualmente, más allá de libros. Revisa cuánto te aportan noticias, periódicos, blogs, revistas, etc. Elimina sin piedad todo lo que encuentres irrelevante o contraproducente.

No tienes por qué llegar hasta el final de un libro si no te gusta o si no te aporta nada

Si un libro no me interesa, lo abandono. ¡Y no pasa nada! Son muchísimos más los libros que dejo que los que leo hasta el final. Cuanto antes cierres un libro que no te aporta, antes podrás abrir uno que sí.

No todos los libros se leen igual, porque unos te entretienen, otros te educan

«¿Para qué quiero leer este libro?» sea posiblemente la primera pregunta que debas hacerte. Unos libros se leen para pasar el rato y otros para educarte. Leo para entretenerme obras de ficción por las noches, en la cama, antes de apagar la luz. Y leo libros de ensayo o no-ficción para aprender sobre un asunto específico que me interesa en este momento.

Si buscas aprender, no leas de pe a pa, lee en diagonal

Utilizo una técnica similar a la que describe Josh Kaufman en su libro MBA Personal, tomada de 10 Days to Faster Reading,  de Abby Marks-Beale: me reservo unos minutos antes de empezar a leer para esclarecer por qué quiero leer este libro y qué clase de información estoy buscando. Tras definir el objetivo, abro el libro y lo hojeo rápidamente prestando especial atención al índice de contenidos, a los títulos de los capítulos y al índice analítico. Una vez que me he preparado para fijarme en los conceptos importantes, leo el libro a la velocidad del rayo, saltando todos los pasajes que no están relacionados con la información que busco o con la pregunta cuya respuesta persigo.

Toma notas siempre mientras lees

Si te limitas a leer un libro, habrás olvidado el 40% tras las primeras 24 horas. Tomar notas es una forma de aprendizaje activo. Podrás retener el 100% de la información que te resulta útil. Lee siempre armado con libreta y boli. Cada vez que una idea del libro te haga reflexionar y dispare nuevas conexiones o conclusiones, detén la lectura y anota esa idea en tu libreta. Yo utilizo Evernote para este propósito.

Lee en el mismo sitio a la misma hora todos los días

A ver, te aviso: yo soy un lector empedernido. Leo todas las mañanas un rato después del desayuno, antes de trabajar; también leo otro rato después de comer; y no me puedo dormir si no leo algo de ficción para despejar mi mente y prepararla para el sueño antes de apagar la luz por las noches. Programa tus citas con los libros y respétalas.

Lee en todas partes, lee a cualquier hora

Vale, sí, soy un obsesivo-compulsivo. Me muevo siempre con uno o dos libros o con un dispositivo electrónico bien cargadito. Así puedo aprovechar ratos muertos para abrir el libro: en el transporte público, en las colas de espera, en el baño, antes de una reunión, etc.

Escucha libros y arañarás horas de lectura

Los audiolibros son lecturas dramatizadas de libros completos, leídos por un actor profesional, con voces distintas para cada personaje, dicción perfecta y riquísimas entonaciones. Para mí, una lectura bien dramatizada supera con creces a la experiencia de leer yo mismo el libro. Y, además, como bonus, puedo hacer otras cosas con las manos mientras escucho. ¡Pruébalo!

​Lee varios libros a la vez

Suelo estar leyendo unos cinco libros simultáneamente: dos de ficción (uno que estoy escuchando y otro que leo antes de dormir) y el resto, de no-ficción, que leo durante el día. Tener varios libros abiertos me permite saltar de uno a otro cuando la lectura de alguno se me hace muy densa, impide que me aburra, me estimula para buscar siempre obras nuevas y nunca me quedo sin saber qué leer.

Y ahora, ¡a leer!

El superhéroe de las presentaciones

DIÁLOGO ABIERTO

¿Tú también lees muchos libros? ¿Qué es lo que mejor te funciona a ti?

[Créditos: Imagen de cabecera diseñada para este artículo con elementos de freepik.]Guardar