Seguro que alguna vez te has dado cuenta de lo siguiente. Estás preparando tu próxima presentación. Tu cuerpo está sentado en tu despacho o en tu café favorito, ¡pero tu mente ha viajado en el tiempo hasta los minutos previos a tu intervención y estás experimentando por adelantado nervios, temores y toda clase de inseguridades! Tu mente ha abandonado el momento presente y ha abierto de par en par las puertas de tu cuerpo a todo tipo de sensaciones y pensamientos desagradables. ¿A ti también te ha ocurrido esto alguna vez? Seguro que sí.

A mí también me pasaba, pero entendí cómo me perjudicaba y decidí hacer algo al respecto. Hoy quiero compartir contigo uno de los ejercicios que me ayudaron a cerrar la puerta de una vez por todas a tan molestos visitantes mentales.

Para evitar temores y sufrimientos innecesarios acuérdate de mantener tu mente en el mismo lugar en que se encuentre tu cuerpo. Practicarlo en todo momento: mientras estés preparando el contenido de tu presentación, mientras la estés ensayando y, más aún, cuando estés delante de tu audiencia. Es muy fácil.

Puedes dividir el ejercicio en tres pasos. En primer lugar, toma conciencia de tu cuerpo. Por ejemplo, siente si mantienes la mandíbula relajada o tensa. Repara en la posición de tus brazos: ¿están cruzados o sueltos a lo largo del cuerpo? Después, toma conciencia del lugar donde se encuentra tu cuerpo: en tu despacho, en tu camerino, en la primera fila de la platea, en un ala del escenario, a punto de aparecer ante el público… Por último, reúne ambas manifestaciones de la actividad de tu atención consciente: tu conciencia del estado y las sensaciones de tu cuerpo, más tu conciencia del lugar en el que te encuentras. Al hacerlo, notarás cómo esta forma de practicar tu presencia expulsa toda representación mental de fracasos y percances. Estarás concentrado en el presente, dirigiendo cuerpo y mente hacia lo único que importa en ese momento: ofrecer a tu audiencia la mejor presentación posible.

Practica este ejercicio con regularidad. Al cabo de un tiempo notarás que se opera en ti un cambio muy interesante y saludable: cada vez serán más raros los sentimientos de miedo e inseguridad en tu fuero interno. Al ejercitarte en esta clase de desconexión consciente, los estarás privando del combustible que los alimenta: tu atención. Se debilitarán poco a poco hasta perder su poder sobre ti.

Cada vez que decidas dejar fuera un sentimiento o pensamiento negativo, estarás abriendo la puerta a la experiencia real y auténtica del momento presente, el único lugar donde puede ocurrir tu verdadero desarrollo personal.

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DIÁLOGO ABIERTO

¿Has sorprendido alguna vez a tu mente imaginando problemas y situaciones negativas ante una futura presentación? ¿Cómo reaccionas en ese momento?

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