Párate un momento a confeccionar una lista mental de tus personas favoritas, aquellas con las que más te gusta pasar el tiempo. ¿Tienes ya unas cinco personas en la cabeza? Vale. Pues me apuesto a que tienen en común que con ellas te sientes comprendido y escuchado. La verdad, no creo que hayas pensado en personas que no paran de hablar en tu presencia. Lo que valoras de corazón no es cuánto te hablan, sino cuánto te escuchan. Por lo tanto, la habilidad más importante para ser interesante no es la capacidad de hablar, sino la de escuchar.

​No te hagas el interesante, interésate por los demás

Vivimos en la economía de la atención. La información crece exponencialmente y el día sigue teniendo 24 horas. Saltamos de una actividad a otra con la cabeza puesta en otra cosa. Practicamos la multitarea, incluso cuando hablamos con los demás. Ya no nos choca escuchar frases como aquella demoledora de una niña de diez años: Sé que mi mamá me quiere porque cuando le hablo guarda el móvil en el bolso.

En un tiempo en el que cada vez resulta más difícil concentrar la atención en un punto, escuchar con toda tu atención es el regalo más valioso que puedes hacer a quienes te rodean.

La mejor manera de mejorar tu relación con cualquier persona es escuchar

Las personas inseguras tratan de impresionar a los demás. En lugar de escuchar, no paran de hablar. En tu próxima conversación, plantéate el siguiente reto: hablaré poco y escucharé mucho.

Según Mark Goulston, autor de ¡… Sólo escucha!, la mejor manera de hacerle al otro hablar de sí mismo consiste en dejar de contemplar la conversación como un partido de tenis: tú consigues un punto, ahora tengo que conseguir yo otro. No. En su lugar, imagínatela como un juego de detectives. Tu objetivo es aprender todo lo que puedas sobre la persona que tienes delante. Empieza la conversación sabiendo que algo extraordinariamente interesante se esconde dentro de esa persona. ¿Tu misión? ¡Descúbrelo!

¿Y qué puedes hacer para descubrirlo? Imita a los detectives. Los detectives hacen preguntas. Muchas preguntas. Y eso es lo que tú deberías hacer. Haz preguntas. Y cuando respondan algo muy interesante, en vez de añadir algo de tu cosecha, pregunta más.

Las dos palabras mágicas para ser la persona más interesante del mundo

Sí, existen dos palabras mágicas:

«Cuéntame más».

Escucha lo que tengan que decirte y pídeles que te cuenten más. Es así de sencillo. Celebra lo positivo. Si te habla de las cosas buenas de su vida, anímala con entusiasmo a continuar. No metas baza. No interrumpas. Todo lo contrario. En lugar de interpolar tus propias experiencias similares o hacer de menos las del otro, invítalo a seguir contándote:

«Cuéntame más».

Y ahora, cállate y escucha. Y luego, no hables. Escucha un poquito más. La escucha no puede fingirse. El otro siempre se da cuenta si no eres sincero. Escucha las respuestas con todo tu ser.

Las personas apenas notamos diferencia entre ser escuchadas y ser amadas. Y comprobarás cómo cuando se sienten escuchadas y amadas, son más receptivas a tus ideas.

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DIÁLOGO ABIERTO

¿Alguna vez te has sentido plenamente escuchado? ¿Qué hacía la otra persona?