«Una entrevista de trabajo es una conversación entre dos mentirosos».
El fin de semana pasado viajé a la preciosa villa Comillas en Cantabria. Entre otros lugares de interés, visité su exposición sobre el genial Leonardo da Vinci. Decenas de cosas llamaron mi atención, pero concretamente desde la perspectiva de la comunicación me impactó la carta que escribió a Ludovico Sforza, regente de Milán, vendiendo sus servicios:
CÓMO SE PRESENTA UN SUPERPROFESIONAL
En nuestro último boletín reseñé el libro #Superprofesional de Alfonso Alcántara (@Yoriento). En un pasaje explica las veinticinco reglas para una presentación profesional eficaz. Como leerás a continuación, la carta de Leonardo constituye un ejemplo a imitar en muchos aspectos. A continuación, resalto las que me han parecido más relevantes.
Regla de oro: ¿Qué vendes?
Leonardo va directo al grano, enumerando todo aquello que puede hacer por el duque. No hay atisbo de duda sobre lo que vende, en tiempos de guerra y de paz.
Reglas del valor: No mejores tu CV, mejora tu vida profesional
Leonardo es un candidato atractivo no por su carta de presentación sino por las obras previas que le avalan.
Regla de la especialización: Si eres especialista en todo, no eres profesional de nada
Leonardo se posiciona claramente como un capaz ingeniero militar para los tiempos de guerra, un ingeniero civil para los tiempos de paz e, incluso, pintor y escultor. Y ahí detiene la enumeración de sus méritos. No habla de todas las pinturas famosas que ya ha realizado, porque no cree que le puedan interesar al duque.
Regla de la visibilidad: lo más importante, más arriba o más fácil de ver
Empieza por los ingenios militares, los de mayor interés para el duque en aquel período turbulento. Deja para el final lo que menos puede llamar su atención. Con un toque magistral, Leornarddo incluso deja para el final uno de los mayores apelativvos emocionales para el duque: la escultura de su padre.
Regla de la acreditación: Lo que puedes demostrar es tu mejor currículo
Leonardo se declara dispuesto a hacerle una demostración. Habla de «una perfecta satisfacción» y de «eficiencia», en un lenguaje sorprendentemente moderno.
Regla del objetivo: Busca las organizaciones y oportunidades que hacen tu currículo mejor
No se dirige a cualquiera, sino a Ludovico Sforza, duque y regente de Milán. Si sabes QUÉ ofreces, te resultará más fácil encontrar DÓNDE ofrecerlo, qué organizaciones ofertan puestos y funciones que se adaptan a tu perfil.
Regla de la concreción: Si no especificas lo que sabes, parecerá que no lo sabes
Es mejor dar unos pocos ejemplos muy concretos y atractivos de lo que puedes hacer, que listar generalidades que sólo parecen exagerar tu cualificación.
Regla de la pertinencia: Muestra solo lo que piden o les interesa
Resalta en tu presentación el valor de los méritos más relacionados con las demandas o necesidades del empleador o de los clientes. Mejor una reseña breve muy adaptada, sólo con las experiencias, cualificaciones y datos relevantes para el puesto que una completa guía de tu pasado profesional.
Regla de la autenticidad: Prepárate para defender tu presentación profesional
Las mentiras, medias verdades, omisiones, maquillajes y adaptaciones con las que intentas mejorar tu candidatura nunca deberían referirse a los requisitos más importantes de la oferta.
Regla del Storytelling: No leas tu currículo, cuéntalo
Es fácil imaginar la cara ensoñadora del duque mientras lee la carta de Leonardo, cómo se estará imaginando esos cañones y esas bombas, sus enemigos derrotados y dispersados, duque y señor de todas las tierras.
Lo cierto es que la carta dio resultado, ya que Leonardo trabajó para el duque desde 1482 hasta 1499.
«A igualdad de condiciones, gana la oferta que mejor se presenta».
DIÁLOGO ABIERTO
¿Y tú? ¿Cómo te presentas para un puesto?