¿Tú también quieres hablar bien en público? ¿Envidias la naturalidad que demuestran otros en un discurso o un brindis? Créeme, no hay ningún secreto. Todas las personas que demuestran comodidad hablando ante una audiencia, da igual que sea pequeña o grande, lo han conseguido a fuerza de práctica y ensayo. Esa naturalidad que te hace dudar si el orador está improvisando o realmente habla siguiendo un guion interno se consigue también a base de práctica. Cuanto más ensayas en privado el contenido de sus presentaciones, mejor sabes qué debe decir. Cuántas más veces hablas ante una audiencia o una cámara, mejor lo haces y más natural y espontáneo suena. Así de simple, pero no sencillo.

En una entrada anterior titulada «Seis consejos para ensayar tu próxima charla TED» expliqué mis consejos para lograr que un discurso ensayado parezca espontáneo. Hoy me gustaría abundar en la cuestión con algunos consejos más.

NUNCA IMPROVISES

Parece paradójico, pero la clave para que tu discurso parezca espontáneo es ensayarlo a conciencia. Por breve que sea lo que tengas que decir, nunca improvises. Lleva siempre contigo al menos unas ideas o palabras anotadas en el teléfono móvil o en una hoja de papel. En inglés se emplea el término impromptu para denotar que algo se hace espontáneamente y sin preparación. Procede del latín in promptu, que significa «en disposición de hacer algo». Así que, la próxima vez que hables en público, prepárate para estar en disposición de hacerlo bien.

PREPÁRATE CON SUFICIENTE ANTELACIÓN

¿Cuánta antelación? Depende de cuánto tiempo vayas a tener que hablar y de lo importante que sea la ocasión. Por ejemplo, hace un par de días tuve que grabar un vídeo de un minuto para un anuncio de una campaña de promoción. La víspera redacté unas pocas líneas de texto con las ideas principales (nunca más de 3 o 4, ya sabes por qué). Unos minutos antes de plantarme delante de la cámara, las repasé varias veces para recordarlas. También aproveché para calentar los músculos de la cara y las cuerdas vocales con unos sencillos ejercicios logocinéticos. El técnico pulsó el botón de grabar y comencé mi discurso «espontáneo». Improvisé las palabras que dije, es verdad, pero seguí punto por punto las ideas que había preparado. El vídeo quedó bien al primer intento.

NO PREPARES UN TEXTO, PREPARA MENSAJES

Tres o cuatro mensajes redactados con sendas frases cortas te bastarán para improvisar un breve discurso. Simplemente, pronuncia el primero tal y como lo has escrito y dedica después unas palabras a explicarlo. Si conoces el asunto del que hablas, no te resultará difícil improvisar una corta explicación. Y si no lo conoces… ¡encuentra a la persona adecuada para hablar sobre ese asunto!

UTILIZA UNA PEQUEÑA PLANTILLA MENTAL

Memoriza este esquema y úsalo siempre que tengas que improvisar unas palabras:

  1. Conecta con la audiencia: agradece su atención, expresa tu satisfacción por la oportunidad de hablar, muéstrate contento por lo que vas a comunicar… No te compliques.
  2. Enuncia el mensaje: pronuncia la frase que has preparado. Prepara uno o varios mensajes, en función del tiempo del que dispongas para hablar.
  3. Explica el mensaje: uno o dos argumentos de apoyo pueden bastar.
  4. Concluye: animando a la audiencia a hacer algo o dando las gracias nuevamente.

DIÁLOGO ABIERTO

¿Has improvisado alguna vez ante la audiencia? ¿Qué tal fue la experiencia?