Crees que sabes mucho sobre muchos temas. Luego cae en tus manos un libro que pone patas arriba tus ideas y te das cuenta de que mucho de nuestro conocimiento en realidad es una colección de falsas creencias. Así ha sido mi sensación al leer Make it Stick: The Science of Successful Learning, un estupendo libro sobre la ciencia del aprendizaje. Este libro viene a derribar unos cuantos mitos que aún circulan sobre el aprendizaje.

​Las tres verdades inmutables del aprendizaje sobre las que todos podemos estar de acuerdo

El libro parte de tres afirmaciones sobre las que todos podemos estar de acuerdo:

  1. Para que resulte útil, el aprendizaje necesita de la memoria, para que lo que aprendemos permanezca allí cuando lo necesitemos.
  2. Necesitamos continuar aprendiendo y recordando durante toda nuestra vida. Si eres bueno aprendiendo, tendrás ventaja toda tu vida.
  3. El aprendizaje es una habilidad adquirida, y las estrategias más efectivas a menudo son contraintuitivas.

Y es precisamente esa última verdad la que tira por tierra algunas ideas preconcebidas que ni nos cuestionamos. Veámoslas.

Cuanto más te esfuerzas al aprender, más profundo y más duradero será el aprendizaje

Se nos da fatal juzgar cuándo estamos aprendiendo bien y cuándo no. Las estrategias que nos resultan más cómodas normalmente sólo ofrecen resultados temporales, aunque en el momento nos parezca que estamos aprendiendo.

Con diferencia, las estrategias de estudio preferidas por todo tipo de estudiantes son la relectura del texto y echarle horas a la repetición de una habilidad o de un nuevo conocimiento (práctica masiva). Por desgracia, estas estrategias se encuentran entre las menos productivas. Si quieres un ejemplo, acuérdate de los atracones la víspera de exámenes: regurgitabas la información al día siguiente, pero según salías del examen la habías olvidado.

En vez de repasar mediante la relectura, ¿qué estrategia de aprendizaje resulta más efectiva? Los autores sugieren la práctica de la recuperación, es decir, recordar hechos y conceptos o eventos desde la memoria. Los caminos neuronales que forman el cuerpo de aprendizaje se fortalecen cuando se recupera el recuerdo y se practica el aprendizaje.

La práctica periódica evita el olvido, fortalece las rutas de recuperación y es esencial para conservar el conocimiento que quieres ganar. Es más, cuando espacias la práctica de una tarea, a primera vista parece más difícil y menos productivo, pero el esfuerzo produce un aprendizaje más duradero a la larga y permite una aplicación más versátil en escenarios posteriores.

Lucha con el problema antes de que te den la solución

Tratar de resolver un problema antes de que te enseñen la solución conduce a un mejor aprendizaje, incluso aunque se produzcan errores durante el intento. Contempla el fracaso como una condecoración al esfuerzo y una fuente de información útil: la necesidad de ahondar o de intentar una estrategia diferente.

Cuando el aprendizaje es duro, resulta más resistente y duradero. Estás haciendo un trabajo verdaderamente importante. El esfuerzo y los golpes son esenciales si quieres sobrepasar tu nivel actual de rendimiento hacia la verdadera maestría. Cometer errores y corregirlos construye los puentes hacia el aprendizaje avanzado.

Haz exámenes periódicamente para saber lo que sabes

Todos somos susceptibles a ilusiones que engañan nuestro juicio sobre lo que sabemos y lo que podemos hacer. Las pruebas o tests ayudan a calibrar nuestro juicio sobre lo que hemos aprendido. El acto de recuperar lo aprendido desde la memoria posee dos profundos beneficios:

  • Te revela qué sabes y qué no sabes y por tanto dónde enfocar el estudio posterior para mejorar las áreas en las que estás más pez.
  • Recordar lo que has aprendido provoca que tu cerebro reconsolide la memoria, lo cual fortalece sus conexiones a lo que ya sabes y facilita que lo recuerdes en el futuro. La recuperación (testing) interrumpe el olvido.

Uno de los mejores hábitos que un estudiante puede adquirir es auto evaluarse regularmente para recalibrar su comprensión de lo que sabe y de lo que no.

Busca conexiones entre lo recién aprendido y lo ya sabido

La repetición mecánica rápidamente alcanza el límite de lo que se puede meter en memoria. Sin embargo, si practicas la elaboración, no hay límite conocido a todo lo que puedes aprender. La elaboración es el proceso de dar significado al nuevo material expresándolo en tus propias palabras y conectándolo con lo que ya sabes.

Todo conocimiento nuevo requiere el fundamento de conocimiento previo. Poner el conocimiento nuevo en un contexto más grande ayuda al aprendizaje. A la hora de explicar abstracciones, como por ejemplo el principio de momento angular, es más fácil cuando se enraíza en algo concreto que ya sabes, por ejemplo, cómo un patinador artístico aumenta su velocidad de rotación cuando acerca los brazos al cuerpo.

Construye modelos mentales y extrae reglas y principios

Un modelo mental es una representación mental de una realidad externa. Quienes aprenden a extraer las ideas clave del material nuevo y organizarlas en un modelo mental y conectarlo con el conocimiento previo muestran una ventaja en la maestría del aprendizaje complejo.

A medida que mejoras al extraer los principios subyacentes o reglas que diferencian los tipos de problemas, tendrás más éxito a la hora de elegir las soluciones correctas en situaciones desconocidas. Esta habilidad se adquiere mejor a través de la práctica entremezclada y variada que con la práctica masiva.

Cada vez que aplicas lo aprendido, lo refuerzas

La maestría no sólo requiere la posesión de un conocimiento exacto sino la comprensión conceptual de cómo usarlo. De nada sirve lo que sabes si no lo sabes aplicar.

Make It Stick

DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué ideas tenías sobre el aprendizaje que hayan ido cambiando con los años?

[Créditos: Imagen de cabecera diseñada para este artículo con elementos de shutterstock. ]

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