¿Qué es el poder?

Según Dacher Keltner, investigador de UC Berkeley, fundador del Greater Good Science Center y autor de The Power Paradox: How We Gain and Lose Influence, el poder es tu capacidad para crear una diferencia en el mundo influyendo sobre los estados de otras personas.

Tras numerosos años estudiando el poder, ha corroborado la siguiente Paradoja del Poder:

«Ganamos poder y marcamos una diferencia en el mundo gracias a lo mejor de la naturaleza humana (empatía, colaboración, apertura, justicia, generosidad), pero perdemos el poder debido a lo peor de esa naturaleza (mala educación, egoísmo, deslealtad, injusticia, avaricia). Obtenemos la capacidad de marcar la diferencia en el mundo mejorando las vidas de los demás, pero la experiencia de tener poder y privilegios nos conduce a comportarnos, en nuestros peores momentos, como sociópatas impulsivos fuera de control».

En resumen: Las personas medran gracias a sus buenas cualidades, pero cuanto más se encumbran, peor se vuelve su comportamiento. Y este cambio puede suceder a la velocidad del rayo.

Según las investigaciones de Keltner, descritas en The Power Paradox, el abuso de poder termina por erosionar la reputación de los directivos, socavando sus oportunidades para influir. Crea además estrés y ansiedad entre sus colegas, disminuyendo el rigor y la creatividad en el grupo y minando el compromiso y el rendimiento de los miembros del equipo.

Así que, si eres un directivo o una persona que ha ganado mucho poder, ¿qué puedes hacer para no convertirte en un capullo?

UNA LLAMADA A LA REFLEXIÓN

Como primer paso, desarrolla una mayor autoconciencia. Cuando asciendes en el escalafón, necesitas prestar atención a los sentimientos que acompañan tu poder recién adquirido y a cualquier cambio en tu conducta. El poder nos embriaga: nos hace sentir expansivos, energizados, omnipotentes, deseosos de recompensas, inmunes al riesgo, … Lo que abre la puerta a acciones temerarias, groseras y poco éticas.

Pues según las últimas investigaciones citadas por Keltner, el mero hecho de reflexionar sobre esos pensamientos y sentimientos puede mantener a raya nuestros peores impulsos. Cuando reconocemos y etiquetamos sentimientos de gozo y confianza, resulta menos probable que tomemos decisiones irracionales bajo su inspiración. Cuando reconocemos y etiquetamos sentimientos de frustración, es menos probable que respondamos de manera agresiva y beligerante.

Puedes desarrollar esta forma de autoconciencia a través de la práctica diaria del mindfulness. Y además del mindfulness, te vendrá bien responder de vez en cuando a preguntas como las siguientes:

  • ¿Interrumpes a los demás mientras hablan?
  • ¿Miras el móvil mientras hablan?
  • ¿Has contado un chiste o hecho una broma que ha avergonzado o humillado a alguien?
  • ¿Dices tacos en la oficina?
  • ¿alguna vez te has atribuido el mérito de un trabajo de equipo?
  • ¿Olvidas los nombres de la gente con quien trabajas?
  • ¿Gastas más dinero ahora que antes?
  • ¿Corres riesgos físicos inusuales?

LA PRÁCTICA DE LA BONDAD

Tanto si estás sucumbiendo a la paradoja del poder como si no, debes recordar y repetir los comportamientos virtuosos que te ayudaron a alcanzar el poder en primera instancia. Practicar la bondad rinde grandes beneficios a largo plazo. Keltner recomienda en The Power Paradox enfocarse en tres prácticas:

  • Empatía
  • Gratitud
  • Generosidad

Para practicar la empatía

  • Haz una o dos buenas preguntas en cada interacción y parafrasea los puntos importantes de tus interlocutores.
  • Escucha con gusto. Orienta tu cuerpo y tu mirada hacia tu interlocutor y muestra interés y atención con tus palabras.
  • Cuando alguien viene a ti con un problema, muestra preocupación con frases como «Cuánto lo siento» o «Tiene que ser muy duro». No te precipites juzgando o dando consejos.
  • Antes de una reunión, tómate unos momentos para pensar sobre la persona con la que estarás y qué está sucediendo en su vida.

Para practicar la gratitud

  • Haz que los «gracias» de corazón sean parte habitual de cómo te comunicas.
  • Envía a tus colegas mensajes o notas de apreciación de su trabajo cuando está bien hecho.
  • Reconoce públicamente el valor de cada miembro del equipo, incluyendo hasta a los becarios si han contribuido valiosamente.
  • Utiliza el contacto, con tacto y de manera apropiada, para celebrar los éxitos: un caluroso apretón de manos, un abrazo, una palmada en la espalda, un choque de palmas, etc.

Para practicar la generosidad

  • Busca oportunidades para pasar pequeños ratos uno a uno con las personas que lideras.
  • Delega algunas responsabilidades importantes y de alto nivel.
  • «Sé caluroso en tu aprobación y generoso en tus elogios», que diría Dale Carnegie.
  • Comparte el centro del escenario. Da crédito a todos los que contribuyen al éxito de tu equipo y de tu organización.

Puedes vencer la Paradoja del Poder practicando la ética de la empatía, la gratitud y la generosidad. Sacará el mejor trabajo y espíritu de colaboración de aquellos a tu alrededor. Y tú también te beneficiarás con una reputación reluciente, un liderazgo duradero y el gozo de ayudar a crecer y desarrollarse a las personas a tu lado.

[Esta entrada fue inspirada tras la lectura del artículo Don’t Let Power Corrupt You, del propio Dacher Keltner.]

DIÁLOGO ABIERTO

¿Cómo mantienes la influencia del poder a raya para que no te corrompa?