Acabo de asistir al evento que más he esperado este año y aún la cabeza me da vueltas. Sigo las charlas de TED a través de Internet desde el año 2006. Presenciar las TED Talks en Long Beach en vivo y en directo es hoy por hoy un sueño inalcanzable. Así que cuando supe del programa TEDx y más concretamente, de que en Madrid se organizaría independientemente un evento TED, me inscribí instantáneamente y tuve la suerte de ser seleccionado. Como en los TED originales, las charlas fueron retransmitidas a través de Internet de manera que los que se quedaron fuera pudieron seguir el evento desde cualquier lugar del mundo.

Confieso haber albergado un cierto recelo antes de asistir al evento: el listón de las charlas TED en California es tan alto, tan estratosférico, que parece una empresa imposible conseguir que la calidad de las presentaciones se acerque ni de lejos a lo que allí se vive. Sin embargo, el sábado en Madrid lo aparentemente imposible se hizo posible: la mayoría de las charlas fueron fantásticas, tanto por la originalidad y calidad de sus ideas, como por la forma de presentarlas al público.

Cuando uno se limita a visionar los vídeos de TED aisladamente, puede llegar a imaginarse que estos eventos no son más que una sucesión ininterrumpida de charlas salpicadas con algún espectáculo de música o danza aquí y allá. Es necesario asistir a uno para comprender que TED va mucho más allá. Como nos explicó Antonella Broglia en una minicharla magistral de cinco minutos y como tuvimos ocasión de comprobar los asistentes, TED te descubre a gente que ataca sin complejos problemas descomunales del mundo, gente que no acepta un NO por respuesta, gente que presenta ideas que han puesto en marcha movimientos globales. Y no sólo los verás sobre el escenario: hablarás con ellos en los descansos. La dinámica de TED hace que entres en relación con los demás asistentes y ponentes, gente de todas las profesiones, primando la tecnología, el emprendimiento y el diseño. Un espacio fértil para el intercambio de ideas propias y ajenas y también para el talento artístico, como el genial broche de oro a cargo de Impromadrid Teatro. ¡Hasta la comida servida por Olivia te cuida era deliciosa! Si hubieran mejorado el sistema de proyección, habría sido todo perfecto.

Los que no pudisteis asistir en vivo ni visteis la retransmisión por Internet, podéis obtener un sabor de las conferencias a través de los originales dibujos-resumen creados por Fjord. Y muy pronto estarán colgados los vídeos de las charlas. También podéis seguir el backchannel que se creó en torno al hashtag #TEDxMadrid2010.

Si puedes, asiste al próximo TEDx cerca de tu ciudad. Y si no hay ninguno cerca, plantéate recrear tú mismo la magia de TED. Porque TEDx está al alcance de cualquiera que tenga la valentía de crear uno. Si tienes ideas valiosas, merecen ser propagadas.

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