“Pese a las protestas de su padre, Scheherezade pasó voluntariamente una noche con el rey. Una vez en las cámaras reales, Scheherezade le pidió al sultán el poder dar un último adiós a su amada hermana, Dunyazad. Al acceder a su petición y encontrar a su hermana, como secretamente había planeado Scheherezade, le comenzó a narrar un cuento durante toda la noche. Mientras Scheherezade narraba, el rey permaneció despierto y también escuchó con asombro la primera historia y al final le pidió otra, pero Scheherezade le dijo que ya no había tiempo pues ya estaba amaneciendo, entonces él la perdonó, pues la historia por venir parecía mucho más emocionante.
Y así el rey conservó a Scheherezada viva mientras que pedía con impaciencia el anticipo de cada nueva historia, hasta que, después de mil y una noches de diversas aventuras, y ya con tres hijos, no sólo el rey había sido entretenido sino también educado sabiamente en moralidad y amabilidad por Scheherazade, que entonces se convirtió en su reina.”
No basta con dar cifras, no bastan los argumentos lógicos para convencer a tus clientes. Scheherazade no salvó la vida tratando de convencer al rey de su crueldad y de la necesidad de suspender sus ejecuciones. Lo logró gracias al poder hechizante de sus historias. Lo que no consiguieron mil y un argumentos y cifras lo consiguieron mil y una historias. Tu audiencia es ese mismo rey de las Mil y Una Noches.
Despierta el poder de la narrativa
Steve Jobs utiliza las historias con maestría en sus presentaciones. Primero introduce al villano: bien puede ser un antagonista real, como IBM o Microsoft, o bien un problema, una escasez o una incomodidad. A nadie le importa un comino tu producto: a la gente le preocupan sus problemas y cómo mejorar sus vidas. Antes de describir las características y ventajas de tu producto o servicio, crea el contexto, pon de relieve el problema que está causando dolor en la vida de tus clientes. Presentar al villano al principio ayuda a crear la gran foto. Una vez establecido el marco del problema, la audiencia estará más receptiva para la solución que alivie su dolor: tu producto. Ahí es donde entra en escena el héroe, cuya misión no es otra que hacer nuestras vidas mejores y más fáciles. Ahora sí, la audiencia ya está preparada para escuchar tu solución: podrás ofrecerles detalles, porque ya tienen el contexto. Pero no lo cuentes absolutamente todo.
Como afirma con acierto John Medina en su libro Brain Rules: “No empieces por los detalles. Empieza con las ideas clave y construye jerárquicamente los detalles en torno a las nociones generales”. ¿Has escuchado antes de tu presentación las necesidades de tu audiencia? ¿Sabes cuáles son? ¿Las resuelve tu producto? Si la audiencia no siente la necesidad de tu producto, no te prestará atención. Implícala emocionalmente, haciéndola resonar con los protagonistas de tu historia.
Algunos ejemplos de storytelling en anuncios
Perfecta ejecución del principio descrito en esta entrada: introducción del villano y rescate por el héroe. ¿Está claro? No vendes un producto, arreglas la vida de la gente.
La historia épica narrada por Nike con las primeras figuras del fútbol mundial como protagonistas, quienes se juegan (nunca mejor dicho) sus propios futuros: una simple acción, una decisión tomada en una fracción de segundo pueden reescribir tu propio destino. Cómo puedes escribir tu propio futuro según la decisión que tomes. ¿Héroe o villano? Tú eliges. [Anuncio dirigido por el mexicano Alejandro González Iñárritu]
Perla de la narrativa moderna, contando la historia de sus dos protagonistas de manera indirecta a través de las búsquedas en Google.
La respuesta de Motorola al famoso anuncio del Macintosh de Apple de 1984. ¿Se han cambiado las tornas? ¿Es Apple el nuevo Gran Hermano? ¿Te sientes esclavo? ¡Motorola te rescata!
En tu historia no vendes tu producto o servicio porque no le importan a nadie: satisfaces las necesidades de tus clientes.
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¿Cómo creas el interés por tu producto o servicio? ¿Cuál es tu historia? ¿Cómo seduces al Rey?
Gracias son excelentes sus presentaciones seria buen intento en probarlas.
Hola Gonzalo,
Va una que es lenta de reflejos. ; )
Tu blog es tan impecable que apenas deja opción a llevarte la contrario. Los largos días de silenciosa reflexión me han servido para elaborar una advertencia para todo aquel que desea parecerse a la bella Scheherezada. Ruego que se lea en clave de humor.
El relato marco de las mil y una noches es una historia erótica y se debe entender como tal. Los cliffhangers que usa Scheherezada para aplazar su ejecución son meras metáforas de sus negativas a consumir el acto sexual.
A no ser que el presentador pretenda hacer el amor con su público, que tenga cuidado con los ejemplos que escoja. Nuestro subconsciente es más poderoso de lo que imaginamos. (El mío, ya ves, me ha traicionado).
XD
Un gran beso y ¡enhorabuena por el Post!
Eva
Hola, Gonzalo.
Para variar, el comentario me ha salido muy largo y lo he reconvertido en post (de hecho, tengo notas para escribir otro).
Aquí va el enlace:
http://imastrangerheremyself.com/storytelling-storytelling/
Quiero agradecerte públicamente tu trabajo, y la oportunidad que nos brindas para compartir conocimientos y reflexionar sobre estos temas.
Seguimos conversando!
Entusiasmo, pasión, ganas …. eso es lo que tenía Sheherazade, y me parece que, aunque no hubiese estado su vida en juego, sería así contando historias ….
Me gustó la película de «Memorias de África» porque la protagonista era capaz de inventarse cuentos fascinantes con que le diesen un par de ideas.
Soy una lectora y escuchadora nata, nací para eso, creo que si no se te da bien contar, exponer, entusiasmar …. deja que otro lo haga, si crees que puede aprender …. lee este blog.
El rey era un hombre que probablemente tenía todo aquello con lo que una persona de esa época soñaba:
bufetes de manjares, cada noche otra mujer bella con quien acostarse y una legión de súbditos serviles que
hacían todo lo que el quisiera y le alababan desmesuradamente. Tenía poder absoluto.
Entonces…¿Qué necesidad podría haber tenido el rey?
Sheherazade se enfrentó al reto de encontrar esta vulnerabilidad y explotarla. Y lo logró.
El rey era un hombre sin futuro: no tenía nada a que aspirar, todas sus necesidades parecían estar satisfechas…
¿Qué aburrimiento, verdad?
Sheherazade le salvó de esta condena perpetua al aburrimiento creando una ambición futura: saber como acababa la historia que estaba contando. (En palabras de marketing moderno esta técnica se llama cliff-hanger: el protagonista está colgando
de un acantilado y aparecen las palabras «Come and see next week»…).
Los anunciantes de hoy en día se enfrentan a una reto difícil, y muy similar al de Sheherazade:
una audiencia cuyas necesidades parecen estar satisfechas. ¿O no?
Gracias por compartir con nosotros. No había tenido ocasión de ver ninguno de los anuncios, impresionantes. la difrencia enre una buena y una mala presentación es la pasión.
Siento que me estoy «enganchando» en el buen sentido de la palabra a este blog. Cada entrada que leo (y me estoy leyendo las anteriores) me sorprende más que la gente que se dedica a dar charlas no tenga este blog como página de inicio.
Esta mañana he asistido a la presentación de una Vicerrectora de una Universidad (mejor decir el pecado y no el pecador) hablando a chavales de 20 años de las posibilidades de acceso a la universidad y de los distintos grados existentes en su universidad y ha cometido todos los errores que he leído en este blog o cualquier entrada en Google sobre como presentar «decentemente». Se ha sentado en una silla, ha puesto un PowerPoint con unas 30 líneas tamaño 12 puntos de letra por diapositiva (y de éstas unas 10) y TODOS LOS GRADOS de la Universidad en una única diapositiva. Las contestaciones a las preguntas posteriores genéricas y algunas sin respuesta. Yo creo que los asistentes no se han llevado ni una sola idea clara de la presentación.
Lo siento por la largura del comentario pero si no lo cuento reviento.
Pues sí, en la Universidad rectores, decanos, vice-estos y vice-aquellos nos tienen acostumbrados a las anti-presentaciones: hablan sentados, sin pasión ni emoción, con transparencias aburridas llenas de texto que habitualmente leen, …
Como bien dices, todo lo contrario de lo que al menos yo considero debe tener una presentación para conectar con la audiencia, captar y mantener el interés y fomentar la comprensión y el recuerdo.
A ellos no podemos cambiarlos, pero sí podemos cambiar nosotros 🙂
Muy buena entrada. Gracias por compartir estos útiles consejos con todos nosotros!
Gracias. Ahora, ¡a aplicárnoslos! Y yo el primero 🙂