«Pero ¿qué dices? ¿Cómo va a ser beneficioso el miedo a hablar en público? ¡Si lo paso fatal!».

Así suelen reaccionar los clientes de coaching cuando les invito a ver el lado positivo del miedo. Les pregunto: ¿de qué manera te beneficia el miedo a hablar en público? Y claro, tenemos tan interiorizada la idea de que el miedo es perjudicial que nos cuesta darle la vuelta a este pensamiento.

NO SON LAS COSAS QUE NOS PASAN LAS QUE NOS HACEN SUFRIR, SINO LO QUE NOS DECIMOS SOBRE ESTAS COSAS

De hecho, el estoicismo y esta frase en particular de Epicteto inspiraron a Albert Ellis a dar forma a una de las terapias psicológicas con mayor éxito y mayor respaldo científico: la terapia racional emotiva conductual (TREC). No sorprende que su fundamente sea ese mismo principio, expresado en términos más modernos:

«No son las situaciones en sí las que desencadenan ansiedad, sino que es nuestra interpretación de los hechos lo que la provoca».

NO ES LO QUE TE PASA, ES CÓMO TE LO TOMAS

Decía Epicteto que:

«El dolor y el sufrimiento vienen de lo que nos contamos a nosotros mismos sobre las consecuencias, sobre el futuro, sobre lo que va a pasar como resultado de lo que ha pasado».

El miedo espolea la imaginación. El miedo te impulsa a narrarte historias sobre cómo será tu futuro. Tú eres el protagonista de esas historias, de esos futuros alternativos. Las tramas contienen todo tipo de imágenes vívidas de cosas terribles. En esos futuros posibles sólo hay lugar para desenlaces fatales. Es como proyectar en la pantalla de tu imaginación películas de terror con finales a cual peor. Películas de las que tú eres el guionista, el productor, el director, el actor principal… ¡y el espectador!

¿Y si escribes otro guion? ¿Y si imaginas otro futuro? ¿Y si reescribes las historias para interpretar la realidad de otra manera?

TRES MANERAS DE REESCRIBIR LA HISTORIA DE TUS MIEDOS

Las terapias cognitivas conductuales nos invitan a revisar nuestras historias, a desafiarlas y a transformarlas. La próxima vez que sientas ansiedad, te invito a que reflexiones sobre estos tres beneficios del miedo a hablar en público, inspirados en el libro ​Fearless Speaking: Beat Your Anxiety, Build Your Confidence, Change Your Life.

1El miedo muestra que la audiencia te importa

Si no sientes miedo, ¿de verdad te interesas por la audiencia? ¿Cómo te sientes cuando haces un regalo a una persona muy querida para ti? Lo normal es que se mezclen alegría, gozo, ilusión, por un lado; y nervios, inquietud, temor, por otro. Si al hacer el regalo no sintieras nada de nervios, ¿no sería muy mala señal? Estaría indicando que en el fondo esa persona a la que le haces el regalo no te importa demasiado. Y ya sabes que una presentación es un regalo.

2El miedo te prepara para un alto rendimiento

Las personas rendimos mejor no cuando estamos totalmente en calma ni cuando estamos totalmente estresados, sino en un punto intermedio. Sentir un cierto nivel de nervios no solo es natural sino incluso necesario.

3El miedo es una fuente de energía que puedes canalizar positivamente

El miedo que experimentas durante algunas presentaciones está basado en la descarga de adrenalina. Es la forma que tiene tu cuerpo de prepararte para momentos cruciales como perseguir a un mamut o escapar de un tigre de dientes de sable. Hoy en día, las presentaciones han tomado el lugar de los mamuts y los tigres. Tu cuerpo continúa preparándote: tu cerebro funciona a mayor velocidad, tu corazón bombea con mayor fuerza, te yergues algo más derecho, con el resultado de que estás mejor preparado para el peligro.

DIÁLOGO ABIERTO

¿Cuál es tu relación con el miedo a hablar en público?