Durante miles de años se situó a la tierra en el centro del universo, con todos los planetas y astros e incluso el sol orbitando a su alrededor. En el siglo XVI Copérnico introdujo un cambio radical en la teoría astronómica imperante en la época: puso al sol en el centro y a la tierra girando a su alrededor. Del geocentrismo se pasó al heliocentrismo y con esta revolución se abrieron las compuertas de la crisis de conciencia europea que posibilitó el nacimiento de la Ciencia. En este artículo te propongo un cambio igual de radical que revolucionará tus presentaciones y te transformará en un comunicador eficaz y cautivador.

DEL EGOCENTRISMO AL VULGOCENTRISMO

En una ocasión impartí una charla en un foro de innovación titulada “Si innovas en tu negocio, ¿por qué no innovar en tus presentaciones?”. A su término, un periodista me preguntó:

“¿Cuál es la mayor innovación en presentaciones?”.

Mi respuesta fue rotunda:

“Deja de centrarte en ti mismo y céntrate en la audiencia”.

TÚ NO ERES EL PROTAGONISTA, LA AUDIENCIA ESTÁ EN EL CENTRO

La intuición más profunda acerca del éxito al hablar en público a la que he llegado después de todos estos años subido a los escenarios y formando a miles de profesionales es que tú no eres el centro de la presentación: la audiencia está en el centro.

La clave del éxito reside en alejar el foco de ti mismo y concentrar todos tus esfuerzos en la audiencia. La audiencia constituye el Alfa y Omega de toda presentación.

Para la mayoría, la causa principal del miedo a hablar en público es sentirse juzgado: tememos que nos saquen fallos, ponernos en evidencia, aparecer nerviosos, hacer el ridículo, no saberlo todo, no estar a la altura, … ¡Yo, yo, yo!

Bajo mi punto de vista, la raíz del problema estriba en que ante esta situación vuelcas todo tu foco mental en ti mismo y en cómo lo harás. Te preocupas por lo que vas a decir y cómo lo vas a decir, por convencer, por imponer tu criterio.

En ningún momento se te ha ocurrido pensar en las necesidades de la audiencia ni en cómo servirla mejor. Tu propia inseguridad hace que busques a toda costa la aprobación de tu audiencia. Y cuanto más necesites su aceptación, más te esforzarás por impresionarla y menos por satisfacer sus necesidades.

Por el contrario, cuanto más te preocupas por tu audiencia y menos por ti mismo, menor será tu miedo a hablar en público y mejor conectarás con ella. Entonces te mantienes alerta ante las necesidades de tu audiencia: ¿qué necesita?, ¿me está siguiendo?, ¿estoy resolviendo su problema?, ¿cómo puedo ayudarla mejor?, ¿le aportará valor mi presentación? Tu mensaje ya no brota de la cabeza sino del corazón y conecta con las ideas y creencias que te apasionan.

Pon a la audiencia en el centro de tus presentaciones y abrirás la puerta a una nueva conciencia sobre las posibilidades de la comunicación.

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DIÁLOGO ABIERTO

¿De qué manera pones a la audiencia en el centro de tus presentaciones?

Escrito por Gonzalo Álvarez Marañón , científico, escritor y conferenciante.